MADRID, 6 Jun. (Portaltic/EP) -
Investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) han determinado que Twitter mantuvo la distribución de imágenes de abusos sexuales a niños, aun habiendo sido marcados como prohibidos por su contenido.
Concretamente, han sido los investigadores del Observatorio de Internet de esta institución quienes dieron con esta cuestión durante un análisis centrado en los problemas de seguridad infantil de varias plataformas.
Desde The Wall Street Journal, que recoge algunas de las conclusiones de este estudio, indican que estos analistas informaron a Twitter sobre lo que habían descubierto, un problema que inicialmente se resolvió en mayo.
Los investigadores descubrieron que, desde el 12 de marzo hasta el 20 de mayo, Twitter albergó más de 40 imágenes que previamente habían sido etiquetadas como material de abuso infantil y que encontraron tras investigar aproximadamente 100.000 tuits.
Convien recordar en este sentido que desde Twitter aseguran tener "tolerancia cero" hacia la explotación sexual infantil y que eliminan cualquier material que muestre o promocione estas prácticas, como puede ser contenido multimedia, texto, ilustraciones o imágenes.
Si bien es cierto que insiste en que la consecuencia directa de la distribución de este material es la suspensión inmediata y permanente de esas cuentas y que los infractores "tienen prohibido volver a crear una cuenta", este contenido pedófilo habría logrado llegar a otros usuarios y mantenerse en la red social durante más de dos meses.
De hecho, los investigadores utilizaron una herramienta llamada PhotoDNA para detectar este contenido, la misma que la plataforma admitió utilizar para detectar y borrar material relacionado con la pedofilia.
En enero la plataforma propiedad de Elon Musk aseguró haber suspendido alrededor de 404.000 cuentas relacionadas con material infantil, lo que representó un crecimiento del 112 por ciento de bloqueos de cuentas desde el mes de noviembre.
Debido al encarecimiento de los niveles de acceso a su interfaz de programación de aplicaciones (API), muchos investigadores coinciden en que cada vez será más difícil detectar errores como este, lo que dificultará futuras investigaciones, como señalan en el medio citado.
De hecho, el Observatorio de Internet de Stanford ha admitido haber dejado de utilizar la API de nivel empresarial de Twitter -que tiene un precio de unos 4.600 euros- debido a los nuevos costes.