Asus actualiza la BIOS para corregir los fallos de inestabilidad de los chips Intel de 13 y 14 generación

   MADRID, 8 Ago. (Portaltic/EP) -

   Asus ha lanzado una actualización de su sistema básico de entrada y salida (BIOS) en versión beta para su gama de placas base Z790, de cara a corregir los problemas de inestabilidad registrados en los procesadores Intel de 13 y 14 generación.

   Los procesadores Intel Core 13 y 14 generación para escritorio llevan meses experimentando problemas de inestabilidad, sobre todo cuando se están usando en actividades que precisan de un mayor rendimiento, como el uso de videojuegos.

   Tal y como informó la compañía a finales del pasado mes de julio, este problema se debe a "un algoritmo de microcódigo que genera solicitudes de voltaje incorrectas al procesador" y se traduce en un "voltaje operativo elevado" que provoca desde errores de memoria hasta el bloqueo del propio ordenador.

   En ese momento, la tecnológica adelantó que facilitaría un parche a mediados del mes de agosto para enfrentar este problema. Este parche se debe adaptar por parte de los fabricantes de placas base en forma de actualización para su BIOS, que es el 'software' integrado en el procesador central responsable de iniciar el sistema de un equipo.

   Ahora, Asus ha lanzado una actualización beta de la BIOS para su gama de placas base Z790, con la que introduce la corrección de microcódigo de Intel necesaria para solucionar los problemas de estabilidad en los procesadores de la firma estadounidense.

   Así, la compañía ha compartido esta actualización en su foro de Republic of Gamers (ROG), y se trata del primer fabricante OEM (Fabricante de Equipo Original) que ha lanzado una actualización para comenzar a solucionar el fallo de los procesadores Intel Core de 13 y 14 generación.

   A pesar de todo ello, se ha de tener en cuenta que esta inestabilidad en los procesadores Intel ha ocasionado una degradación en el 'hardware'. Al respecto, Asus detalló recientemente que se trata de un daño irreversible y que no existe una solución, por lo que ha ampliado la garantía de los procesadores Intel Core afectados de tres a cinco años.

   Teniendo esto en cuenta, es relevante mencionar que el parche se encamina más a prevenir el fallo en los procesadores que aún no lo han experimentado, que en ofrecer una solución.