MADRID, 3 Mar. (Álvaro Velasco/Portaltic) -
Mi relación con esta aplicación de mensajería instantánea es de amor-odio. Hay muchos motivos por los que odio su existencia pero no puedo vivir sin ella. Si no la he eliminado de mi teléfono móvil ha sido por falta de valor, por no contemplar una vida sin WhatsApp. Aún con eso, estos son diez motivos por los que odio la herramienta.
QUE TENGAS MI TELÉFONO NO QUIERE DECIR...
...que puedas escribirme a WhatsApp. Es uno de los principales inconvenientes de esta aplicación. Cualquier persona que tenga tu teléfono en su agenda puede escribirte, ver la foto de tu perfil o el estado que hayas puesto. Si tienes la agenda del teléfono sincronizada con aplicaciones como LinkedIn, podrás acceder al WhatsApp de un montón de personas que seguramente no querrían que lo hicieses.
GENERA MALENTENDIDOS
La conversación escrita es un campo minado para crear conflictos. No se entienden las ironías y un comentario bienintencionado puede convertirse en el motivo de una bronca de grandes dimensiones. Incluso un piropo puede entenderse como sobrepasar la línea de la confianza. Hay que tener mucho cuidado ya no en el qué se dice, si no en el cómo se escribe lo que se dice.
UN NIDO PARA LOS COBARDES
A veces es complicado dar la cara y decir a alguien que no vas a asistir a una cita. Incluso hay gente que ha usado WhatsApp para abandonar a una pareja evitando así el enfrentamiento a la cara de un conflicto humano. Son muchos los que cinco minutos antes de que hayas quedado con ellos te mandan un misero mensaje con un 'al final no puedo'. Es esa gente que se despidió de ti un día con un 'esta semana te llamo'. Un día de 2006.
PÉRDIDA DE TIEMPO
¿Cuántas horas al día pasas enganchado al WhatsApp? ¿En que invertías ese tiempo hace unos años? Si la respuesta no es 'hablar por MSN messenger' entonces hacías cosas mucho más productivas con tu tiempo libre. No sólo las aplicaciones de mensajería instantánea. Si sumas a esto las redes sociales, seguro que son varias horas al día improductivas.
PÉRDIDA DE VIDA
Unido a lo anterior. La vida 2.0 nos ha restado mucho de realidad e improvisación. De poder pasar tiempo con gente conocida. Tendemos a encerrarnos en nuestros perfiles digitales y a relacionarnos cada vez menos. En ocasiones es mucho más fructífero tomar un café con alguien que varias horas de conversación vía chat. Y mucho más divertido.
MALA EDUCACIÓN
Hay gente que no queda para tomar una cerveza. Queda para tener alguien que le acompañe mientras mira su teléfono. Lo curioso es estar hablando con alguien con un sujeto A por WhatsApp mientras te tomas una cerveza con el sujeto B, por que posiblemente cuando estés tomando una cerveza con el sujeto B hablarás por WhatsApp con el A. De locos.
PÉRDIDA DE CONCENTRACIÓN
Herramientas como WhatsApp hace que perdamos concentración ya que pueden llegarnos notificaciones durante las 24 horas del día. Por lo tanto seremos menos productivos tanto en el trabajo como en los estudios. Seguramente las horas perdidas en WhatsApp se habrán traducido en suspensos de miles de estudiantes.
LOS DICHOSOS GRUPOS
Poco se puede decir que no esté dicho. Tenemos que empezar a aceptar como costumbre que salir de un grupo de WhatsApp no es una señal de mala educación, es una señal de querer mantener la salud mental. Algunos grupos cuentan sus mensajes diarios por miles. Unido a los memes, fotos y montajes.
PRIVACIDAD
Facebook es una base de datos grandiosa. Tiene millones de usuarios. Con la compra de WhatsApp, los datos que puede manejar la compañía son inimaginables. La falta de privacidad de esta herramienta es una de las principales desventajas con otras aplicaciones similares como Telegram. Unido a lo sencillo que puede resultar suplantar la personalidad de otra persona. Algo bastante más complicado en otras herramientas.
CONVERSACIÓN INTRASCENDENTE
Si hubiera que pagar por mensaje enviado... Analiza tus conversaciones recientes de WhatsApp y piensa cuales son de verdadero interés. Hablar durante horas vía chat no quiere decir que conozcamos mejor a una persona. Muchas veces lo hacemos por inercia cayendo en conversaciones de besugo. Al menos en un bar serían más divertidas.
LLENA TU MÓVIL DE BASURA
WhatsApp consume batería, datos, capacidad de memoria del móvil sin que tú te des ni cuenta. Todos los días nos llegan fotos, vídeos, tonterías que hemos visto mil veces y que aún así descargamos. Conseguimos que nuestro móvil, y en muchos casos nuestra cuenta de Dropbox o similares, se llene de cosas que ni queremos ni necesitamos.