MADRID, 13 May. (Carlos Hergueta/Portaltic) -
Cuanto antes lo aceptemos, más felices seremos. Ayer, mientras veía la presentación de Assassin's Creed Syndicate, asistí también al 'feedback' de los fans en Twitter. Muchos querían que UbiSoft dejase de lado las novedades jugables, de contexto histórico y del escenario y que explicase qué iba a pasar con la historia del presente en esta entrega. Bueno, quizá la respuesta sea que eso se acabó (o que está aparcado sine die).
La historia del presente prácticamente murió cuando lo hizo Desmond Miles en Assassin's Creed III (siento el 'spoiler', pero si a estas alturas no lo sabías, no sé qué haces leyendo esto). Después, con Liberation, UbiSoft dejó claro que iba a dejar de lado la guerra del presente entre asesinos y templarios para convertir la saga en una serie de entregas que emulan ser a su vez videojuegos ficticios desarrollados por Abstergo.
Con Assassin's Creed IV Black Flag este cambio de rumbo comenzó a materializarse y los detalles sobre Desmond y su interesante historia se quedaron en extras accesibles para aquellos interesados en investigar los recovecos del juego. Después, en Unity, la historia en el presente se quedó en una anécdota, en la excusa para que arrancase el argumento. También Rogue incluye algunos detalles interesantes (me comentan, puesto que aún no lo he terminado), pero a nadie se le escapa que es una entrega menor con respecto a la saga principal.
Tras el título mixto de la aventura de Edward Kenway y Unity, la numeración en las entregas parece haber desaparecido definitivamente tras la presentación de Syndicate. ¿Dónde está Assassin's Creed V, maldita sea? Es cierto que tampoco fueron numeradas ni La Hermandad, ni Revelations, pero estaba enmarcado en la "saga dentro de la saga"; la trilogía de Ezio. El cambio en el nombre de las entregas tras Black Flag, la ausencia de número, coincide con un cambio en el desarrollo del argumento de la saga y no es porque estemos siguiendo los pasos de un asesino en concreto.
A UbiSoft le funcionan muy bien las ventas Assassin's Creed y por eso no va a renunciar a entregas anuales. Con la primera entrega y después con la saga de Ezio y el salto a las américas, la compañía fue no solo contando las historias de estos asesinos, sino también su impacto en el presente. Sin embargo, la compañía decidió acabar con Desmond y cambiar las reglas del juego. La compañía gala decidió centrarse en el pasado, quizá porque esa historia se estaba volviendo demasiado compleja y no habrían sabido darle continuidad o porque está aparcada a la espera de que las ventas bajen para darle un nuevo impulso a la franquicia.
La cuestión es que Assassin's Creed, y eso lo dejó muy claro Unity, ya no es la saga que nos enamoró. Ahora, la búsqueda de los sabios se ha convertido en el punto de partida que desencadena las historias, pero apenas hay ningún nexo ni relación entre los personajes de la simulación y los que la experimentan. Se van dando retazos, metadona para los fans, pero el guión se centra en el asesino. Primero Edward, después Arno y con Syndicate, Jacob.
Esto no tendría que ser necesariamente malo si no fuese porque la historia de Desmond dejó en el aire muchas preguntas y muchas posibilidades. No tendría que ser necesariamente malo si UbiSoft hubiese dado forma a historias realmente interesantes en el pasado. Pero la historia del asesino pirata resultaba atropellada e insustancial y la de Arno fue completamente irrelevante, no solo en el conflicto contra los templarios, sino también el marco de la Revolución Francesa.
Ese, probablemente, será el gran problema de Syndicate, que (a menos que cambien las cosas, algo que realmente me gustaría) ya no será un Assassin's Creed como los conocimos en la época de Altäir, Ezio y Connor. La próxima entrega de la saga, seguramente, se centrará en la historia de Jacob y su lucha por ayudar a la clase trabajadora, con alguna excusa de fondo como buscar al siguiente sabio en el Londres victoriano.
Porque Assassin's Creed ha dejado de ser esa saga que nos contaba una apasionante historia de la lucha milenaria entre templarios y asesinos para ser la simulación de una aventura concreta, protagonizada por asesino concreto en una época concreta. Como GTA es la simulación de la vida un (bueno, o varios) delincuente o Zelda nos pone en las botas de un nuevo héroe recién nacido, aunque tenga el mismo aspecto y el mismo nombre que los otros que salvaron anteriormente Hyrule. UbiSoft parece estar huyendo de la gran historia que creó para presentarnos historias inconexas e insustanciales.
Como decía, esto no tendría por qué ser necesariamente malo si UbiSoft diese forma a una historia a la altura, pero tras los precedentes, esto parece poco probable. Al menos, la compañía ha asegurado que no va a cometer los mismos errores que con Unity, en lo referente a los 'bugs' y algunas mecánicas de juego. Novedades como el gancho para subir a las azoteas en un segundo o la incorporación de vehículos avanzan un juego quizá menos fiel a las primeras entregas, pero probablemente más divertido y variado. No puedo decir que no me gustase lo que vi en la presentación de ayer y sí que sigue siendo uno de los juegos que con más ganas espero para este 2015.
Quizá en algún momento UbiSoft (quién sabe, quizá con el mismísimo Syndicate) decida profundizar de nuevo en la historia del presente y recuperar la sombra de Desmond, quizá con este personaje o con otro "sujeto". Pero todas las últimas entregas han dejado claro que la intención era enterrarla para convertir Assassin's Creed en un "simulador de asesino sin más". Es lo que los fans debemos esperar para la siguiente entrega y si llegan las sorpresas, bienvenidas serán. Así, abandonando toda esperanza, seguramente lo disfrutaremos más.