MADRID, 18 May. (Portaltic) -
Las medidas de seguridad aplicadas por los fabricantes y la creciente popularidad de las tiendas de descarga integradas hace cada vez más complicado que las consolas sucumban al pirateo. Sin embargo, parece que ningún sistema es inviolable y parece que la PlayStation 4 (PS4) de Sony está siendo pirateada en países como Brasil.
Medios brasileños como UOLJogos están informando de negocios que ofrecen consolas PlayStation 4 pirateadas y preparadas para ejecutar 'software' no autorizado por Sony. Se trata de un sistema un tanto complejo que permite instalar 'software' pirata en una consola, sin que los servidores de Sony consigan averiguar después que se trata de programas no legítimos, por lo que se pueden incluso descargar parches o utilizar el multijugador.
Los responsables del pirateo no han dado muchos detalles para que Sony lo tenga más difícil a la hora de bloquear esta práctica, pero aseguran que con el sistema se desbloquea la consola. Al parecer, utilizan un chip de Rasberry Pi y una copia de NAND/BIOS que permite instalar contenidos sin firmar.
Este medio brasileño asegura que en un mercado del centro de San Paulo han encontrado al menos cuatro tiendas dedicadas a la asistencia técnica que promocionan este sistema para piratear PS4 por unos 300 dólares.
"Usted deja su sistema de juegos aquí y nosotros ponemos 10 juegos en su disco duro", explica una de las tiendas. "Colocamos un chip en la placa de su PS4, enlazamos nuestro ordenador al chip, formateamos el discu duro y copiamos los juegos. Después de eso, retiramos el chip y entregamos el aparato".
Desde luego, parece un sistema sencillo y recuerda a la época del pirateo masivo que sufrieron consolas como PlayStation 2 o Xbox. De esta forma, el proveedor del pirateo compra una vez cada título cuya copia después revende, por lo que puede resultar sumamente lucrativo para estos comercios.
Veremos si el sistema se extienda y comienzan a aparecer cada vez más comercios de todo el mundo que realizan este pirateo. Si esto ocurre, podría suponer un duro golpe para los ingresos de Sony y los editores que lanzan sus títulos para PlayStation 4.