MADRID, 5 Ene. (Portaltic) -
¿De verdad crees que el cine y los videojuegos son los culpables de que se produzcan tiroteos, atracos o matanzas? Por supuesto, hay quienes durante los años que tienen el cine o el ocio electrónico se han empeñado en vincular estos contenidos con acontecimientos violentos, pero la violencia ha decrecido desde su existencia. Un nuevo estudio nos invita a hacernos la siguiente pregunta: ¿hay una relación entre estos contenidos de ficción y la violencia existente en la sociedad o es una excusa más para que no pensemos en los verdaderos orígenes de estos problemas?
No son pocos los que han tratado de buscar en el cine o en los videojuegos con temáticas violentas el origen de una actitud también violenta en la sociedad. Particularmente preocupada se muestra en este terreno la esfera política de Estados Unidos, un país con gigantescas desigualdades económicas, educativas y sanitarias que además en muchos casos se encarga de fomentar el miedo y el odio entre sus ciudadanos. Sin embargo, parece ser que para muchos dirigentes, los orígenes de las matanzas y los tiroteos no son estos, sino actores o personajes virtuales disparándose.
Aquellos que llevan utilizando juegos desde que eran pequeños, desde Mortal Kombat a Call of Duty, pasando por Carmageddon, y que no se han peleado en su vida, siempre han visto esta relación descabellada. Tampoco son pocos los estudios que han tratado de desmontar esta "caza de brujas" a la que se ha visto sometido el ocio digital, defendiendo que no existe una relación. En este sentido, un nuevo estudio defiende que no existe ninguna relación entre la violencia en la sociedad, con los videojuegos y el cine.
La investigación, dirigida por el psicólogo Christopher Ferguson y publicada en el Journal of Communication, no sólo encontrado que no hay relación entre los medios violentos y el comportamiento de la sociedad, sino también en duda la metodología de los estudios previos que sugerían que los dos estaban relacionados. El investigador se refiere a estudios que buscan una rápida relación entre un estímulo breve y aislado en el sistema nervioso del sujeto estudiado.
La nueva investigación señala que estos estudios "proporcionan exposición a breves clips de los medios de comunicación, en lugar de experiencias llenas narrativas" y que "las conductas agresivas resultantes se encuentran también fuera de un contexto del mundo real".
La nueva investigación está compuesta por dos estudios que se centran en el cine y los videojuegos, respectivamente. En el primero, los investigadores examinaron la correlación de las películas violentas de 1966 a 2011 y la violencia social. La violencia en el cine siguió un patrón en U durante este periodo, pero la violencia social fluctuó de manera diferente. Es más, durante la segunda mitad del siglo 20 se produjo un incremento en la violencia en las películas; un periodo que coincidió con "una violencia social reducida".
El segundo estudio de la investigación se centra en los videojuegos violentos lanzados de 1996 a 2011 y utiliza los datos de la Entertainment Software Ratings Board (ESRB). Estos contenidos fueron comparados los datos sobre la violencia juvenil durante ese mismo periodo, tratando de encontrar una correlación. Durante este período de tiempo, "la violencia juvenil se desplomó", "a pesar de mantener altos niveles de violencia proveniente de los medios en la sociedad con la llegada de los videojuegos".
En un comunicado de prensa Ferguson señala que la postura de muchos dirigentes y el tratamiento mediático en torno a los videojuegos violentos y la violencia juvenil puede deberse a la "cantidad limitada de recursos y la atención" que la sociedad puede dedicar a "el problema de la reducción de la delincuencia".
¿Por qué tanto interés entonces por relacionar videojuegos y cine con violencia? Según los investigadores, si el problema se identifica puede "distraer a la sociedad de las preocupaciones más acuciantes como la pobreza, la educación y la formación profesional y las disparidades de salud mental". De esta forma, los investigadores destacan sobre su trabajo: "Esta investigación puede ayudar a que la sociedad se centre en temas que realmente importan y evite dedicar recursos innecesarios para la búsqueda de agendas morales con poco valor práctico".