WoW Shadowlands - BLIZZARD
MADRID, 7 Nov. (EDIZIONES/Portaltic) -
Ya está aquí 'WoW Shadowlands', una nueva expansión para el mítico World of Warcraft que teníamos muchas ganas de probar. Cuando se cumplen quince años del lanzamiento de esta mítica saga, Blizzard sigue generando contenido para su caballo ganador.
Como siempre, la experiencia de juego comienza con una épica cinemática. Nos sitúa en una de las mejores expansiones de la franquicia (Wrath of the Lich King), para alinearnos en el lore y su escala espacio-temporal, pues cada expansión ha movido la acción por un sinfín de diferentes áreas saltando en el tiempo y llegando a enrevesar la trama común.
La mítica Sylvanas Brisaveloz se enfrenta al coronado Rey Exánime (Bolvar Fordragón) frente al mítico trono de la Ciudadela de la Corona de Hielo, haciendo gala de sus habilidades más sombrías, lo que nos introduce a la historia de 'Shadowlands'.
Esta entrega busca simplificar un sistema de juego que, a base de generar contenido, se había complicado demasiado. El nivel máximo de los personajes (ya estaríamos por 100 y pico) vuelve a ser 60 y se añaden curiosas opciones de 'reenganche' a World of Warcraft en la creación de personajes.
De esta forma, los nuevos jugadores pueden empezar en nivel 1, mientras que quienes conozcan bien las mecánicas y busquen perder el menor tiempo posible en subir de nivel pueden empezar en el 50. Y es que, como todos los MMO's, el 'endgame' es lo que más se disfruta y el tiempo en la vida real no es infinito.
UN SALTO DE CALIDAD TÉCNICA
Los creadores han hecho un gran 'rework' en los personajes, tanto en la creación (con mejora de los rasgos, los gestos y las figuras) como en las animaciones de los ataques o las acciones, aportando más realismo, propias de un videojuego actual.
También se ha añadido un nuevo sistema de facciones. Así, aparte del clásico horda/alianza, el usuario podrá elegir entre Bastión, Revendreth, Ardenweald o Maldraxxus, que se corresponden con criaturas de temática angelical o divina, vampírica, feérica o necroseñores, respectivamente.
Asimismo, el juego incluye ahora por defecto sistemas de seguimiento de misiones o personalización de interfaz que antes se conseguían gracias a 'addons' externos, lo que simplifica aún más la experiencia de juego y el reenganche (anda que no hemos pensado en el: "qué pereza volver a configurar todo..."). Ahora todo es un poco más sencillo.
En conclusión, 'Shadowlands' nos trae una infinidad de horas de contenido jugable, territorios y nuevos sistemas de facciones, que unido a su esfuerzo por simplificar el juego hacen que sea un gusto retomar World of Warcraft y -gracias a los 'guiños' que se incorporan- recordar la gloria de pasadas expansiones.