VIGO, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a Banco Santander a devolver su dinero a cuatro gallegos que adquirieron a través de esta entidad participaciones preferentes del Grupo SOS Cuétara. En total, debe reintegrar 150.000 euros más intereses: 50.000 euros correspondientes al contrato suscrito por dos hermanos, otros 50.000 euros del contrato del tercer afectado y otros 50.000 del cuarto.
El Juzgado de Primera Instancia 3 de Tui declaró nulos los tres contratos y condenó a Banco Santander a devolver el dinero a estas cuatro personas, si bien la entidad recurrió en apelación y la Audiencia Provincial ha desestimado ahora su petición, dando la razón a los afectados.
En la sentencia del tribunal provincial, recogida por Europa Press, se indica que "los cuatro demandantes son personas de avanzada edad, sin que consten estudios relevantes" y quienes "obedecen al perfil de pequeños ahorradores en productos sin riesgo que colocan sus ahorros confiados en la información que les proporcionan los empleados del banco", en este caso una oficina de la localidad de A Guarda.
Además, indica que la documentación firmada por los afectados no explica "en ningún lugar el producto que se vende". "En ningún apartado se especifica en qué consisten las participaciones preferentes de SOS Cuétara", asegura la resolución judicial, que considera que "al no definirse y explicarse el producto, al menos por escrito, es difícil comprender el mismo y sus características".
Por otra parte, la Audiencia ve "evidente" que "quien informaba a los clientes no conocía adecuadamente el producto ni, por lo tanto, podía valorar sus riesgos de forma adecuada". Así, mantiene que "en tales circunstancias era imposible que pudiera informar adecuadamente a los clientes de un producto complejo" como son las participaciones preferentes.
Asimismo, indica que, en casos de falta de información, la actuación de los clientes minoristas "resulta excusable cuando confían en el buen hacer y asesoramiento de los empleados de la sucursal bancaria a la que llevan acudiendo muchos años, sin tener la menor conciencia de los riesgos a que se exponen y que, de hecho, se han realizado en una situación económica que les impide acceder y recuperar, cuando menos, las cantidades invertidas en supuestos productos de inversión segura y rentable".