MADRID 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
La conservación de alimentos plantea numerosas incógnitas entre los consumidores, especialmente en el caso de productos delicados como los huevos. En este sentido, una de las principales dudas surge al observar que en los supermercados se almacenan a temperatura ambiente, mientras que al llegar a casa se recomienda guardarlos en el frigorífico. Pero, ¿cuál es realmente la mejor forma de garantizar su frescura y seguridad?
Según la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA), los huevos deben conservarse en un lugar fresco, seco y a temperatura constante, es decir, en la nevera, preferiblemente en un lugar alejado de la puerta. El motivo es que los cambios bruscos de temperatura generan condensaciones sobre la cáscara, lo que favorece la multiplicación de gérmenes, deteriora la barrera protectora del huevo y facilita su contaminación.
Por otro lado, el organismo aconseja mantener los huevos separados de otros alimentos -a poder ser en la huevera-- para evitar contaminaciones cruzadas. Además, incide en que no se deben lavar antes de guardarlos, ya que esta práctica puede facilitar la entrada de bacterias a través de los poros de la cáscara.
En cuanto al tiempo de conservación, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala que los huevos se conservan en perfecto estado hasta tres semanas en el frigorífico a una temperatura constante, pero no deben congelarse. Además, aconseja verificar siempre que no hayan superado su fecha de consumo preferente, ya que la frescura es clave tanto para la calidad como para la seguridad.
MANIPULACIÓN SEGURA EN LA COCINA
A la hora de manipularlos en la cocina, la higiene es un factor importante, tal y como asegura ACSA. Lavarse las manos antes y después de manipularlos, así como limpiar adecuadamente los utensilios y superficies en contacto con ellos, es clave para evitar contaminaciones cruzadas. Además, se recomienda no romper los huevos directamente en el recipiente donde se batirán ni separar la clara de la yema utilizando la cáscara, ya que estas prácticas pueden transferir bacterias al contenido.
Asimismo, los alimentos que contienen huevo, como tortillas, cremas o flanes, deben cocinarse a una temperatura mínima de 75°C para eliminar bacterias peligrosas, incluida la salmonela. Las tortillas, en particular, deben cuajarse completamente y no dejarse a temperatura ambiente durante más de dos horas.
CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS ELABORADOS CON HUEVO
Los productos preparados con huevo, como mayonesas caseras, quiches o cremas, requieren un manejo especial. Estos alimentos deben consumirse inmediatamente o mantenerse en la nevera para garantizar su seguridad.
En el caso de salsas caseras, como la mayonesa, es preferible preparar solo la cantidad necesaria para una comida y, si es posible, añadir unas gotas de vinagre o limón, ya que estos ingredientes mejoran su conservación. Además, es importante no guardar las salsas durante varios días y mantenerlas refrigeradas hasta el momento de su consumo.