MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha atribuido este jueves a un malentendido la polémica generada con la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue) sobre la celebración presencial de los exámenes universitarios en el contexto actual de pandemia.
Tal y como ha comenzado explicando el ministro en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades del Congreso, la "alarma" se generó el pasado 8 de enero, día en que "distintos estudiantes" y "organizaciones estudiantiles" se pusieron en contacto con él para comentarle que no veían que se estuviesen cumpliendo las medidas de seguridad en los campus en la celebración de los exámenes.
Ante esto, Castells se reunió el día 11 de enero con el Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado (CEUNE) y la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP). "Me pidieron que hiciera algo porque ellos no consiguieron que les respondieran a sus preocupaciones; llamé a la Crue y me dijeron que estaba controlado, que no había problema", señala.
Entonces, continúa el ministro, se generó "una alarma social repercutida por medios de comunicación", en los que pudieron verse "imágenes complicadas del acceso a las aulas de los exámenes", así como "una disparidad de criterios entre un sector de los estudiantes y un sector de las universidades, en el que el ministerio no tomó parte" e incluso a veces "enfrentamientos desagradables en algunas ciudades".
Más tarde, el 27 de enero, el Ministerio envió un comunicado a los medios en el que pedía a las universidades que celebrasen los exámenes de manera online si no se podía garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias. "Pedí que, ante la disparidad de criterios, los rectores y decanos y los estudiantes hablaran y consensuaran formas que no llegaran a amplificar el conflicto y la alarma social", resume el ministro el contenido de ese comunicado.
Ese mismo día, a última hora de la tarde, la Crue reafirmó su postura de que los exámenes se celebrarían de manera presencial, acusando al ministro de hacerse eco de "situaciones puntuales".
Así pues, tal y como prosigue Castells, se generó "nerviosismo", pero defiende que no entró a responder a la polémica: "Mi política es hacer las cosas lo mejor posible, nunca entrar en diálogos agresivos estériles, y la gente se pone muy nerviosa, y eso hay que bajarlo, las cosas hay que tranquilizarlas".
Sin embargo, al día siguiente, el 28 de enero, el ministro, en rueda de prensa, afirmó que no iba a "entrar en polémicas de ningún tipo" y que le parecía "poco digno" que en aquellos momentos se siguiesen "debates con trasfondo político o incluso personal".
"El día 1 de febrero nos reunimos con la Crue y estuvimos de acuerdo unánime en que había habido malosentendidos (sic), que no había que quedarse en eso, que había que superar los malosentendidos (sic) y partir de la buena voluntad de todo el mundo de hacer lo que podíamos hacer en una situación compleja y con tensiones; ¿Quién tiene razón? Ninguno tiene la razón y nadie es responsable de nada; ha habido malentendidos y esto se supera y punto", ha terminado así el ministro sus explicaciones sobre lo que él ha denominado una "crónica de un desencuentro poco afortunado".