MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
La jurista y catedrática Elisa Pérez Vera (Granada, 1940), primera mujer en dirigir una universidad española, ha admitido en una entrevista a Europa Press que su nombramiento como rectora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en 1982 "se veía como algo exótico" en la sociedad española. "Era insólito que una mujer lo pretendiera tan siquiera", asegura.
Pérez Vera, que fue magistrada del Tribunal Constitucional, ha participado este miércoles en la entrega de los premios que llevan su nombre y que la UNED destina a los mejores trabajos de investigación sobre género y feminismo. La jurista asegura que hoy es más feminista que hace 37 años cuando ganó las elecciones al rectorado de la mayor universidad en número de estudiantes de España.
"La verdad es que lo viví con naturalidad. Pero la sorpresa que generó en la sociedad demuestra hasta qué punto estábamos lejos de ver con naturalidad que una mujer pudiera ser rectora de una universidad" explica Pérez Vera recordando cuando se convirtió en la primera mujer rectora en los 800 años de historia de la universidad española.
"Aquel día me entrevistaron en el Telediario y me preguntaron qué significaba para mi como mujer ser rectora. Tuve una respuesta un tanto desabrida, porque dije: supongo que lo mismo que a un hombre", recuerda divertida la jurista, reconociendo que con el paso del tiempo ha aprendido a valorar ese hito que compara con la ruptura de un techo de cristal "que desgraciadamente tiene tendencia a reconstruirse rápidamente".
"En la educación es donde está la clave de todo", afirma esta mujer a la que su padre, el abogado y escritor Antonio Pérez Funes, educó sin hacer distinción entre chicos y chicas. "Ningún progreso se puede mantener sin una enseñanza que haga hincapié en valores como la no discriminación y la igualdad, que harán que la sociedad sea más fuerte", proclama.
En ese sentido, Pérez Vera asegura que "queda mucho por mejorar", y señala la necesidad de introducir los valores de la igualdad en todo el sistema educativo. "Se debe convencer a los jóvenes de que tienen mucho más que ganar que perder en esa lucha por la igualdad entre los sexos", defiende la exrectora de la UNED, que forma parte del Consejo de Estado desde el año pasado.
SOLO OCHO RECTORAS EN 50 UNIVERSIDADES
Pérez Vera abrió un camino por el que todavía queda mucho trecho por recorrer. En la actualidad, sólo ocho mujeres dirigen alguna de las 50 universidades públicas españolas. "El problema es que el porcentaje de mujeres catedráticas en la universidad es bastante inferior en contraste a las nuevas promociones de estudiantes, donde hay más mujeres estudiando que hombres", explica.
Para la primera rectora española, que dirigió la UNED entre 1982 y 1987, el camino de una mujer hasta un rectorado universitario es un "proceso largo" y no "un interruptor que se enciende o se apaga" que, además, exige un "sacrificio" personal que no todas las mujeres quieren (o pueden) aceptar. "Tenemos una exigencia de investigación que consume mucho tiempo", afirma apuntando a las dificultades que plantea este trabajo con la conciliación familiar.
En su caso, Pérez Vera asegura que "el apoyo de los alumnos" y "la confianza de sus compañeros", entre los que señala al profesor Tomás Ramón Fernández, fueron decisivos para convertirse en la primera rectora de una universidad pública española. Asegura que entonces no se sintió cuestionada por ser mujer, pero sí percibe la discriminación a otras mujeres en nuestros días.
"Las discriminaciones siguen funcionando. Se nos pide más que a nuestros compañeros varones. Eso me ha hecho más feminista, el deseo de que las nuevas generaciones de mujeres no tengan que seguir una y otra vez reclamando el derecho a ser iguales, a ser tratadas como ciudadanos y no como seres que necesitan ser protegidos o directamente dominados", expone la jurista, que apoyará la huelga feminista del próximo viernes 8 de marzo.
"Estoy jubilada, no sé en qué puedo hacer la huelga, pero mi espíritu está con hacer huelga, y en actitud intelectual estaré en huelga. Puedo negarme a hacerme el café, pero como la víctima soy yo no tiene mucho sentido", sentencia bromeando.