Deberán devolver una parte proporcional, aquellos que volvieran a casa, tengan las clases canceladas y no afronten gastos
BRUSELAS, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha asegurado este miércoles que los estudiantes que participan en el programa europeo Erasmus+ y continúan sus estudios a distancia o afrontan gastos de alojamiento relacionados con su intercambio, podrán mantener la beca, según recoge una guía publicada por Bruselas para asistir a los estudiantes afectados por la crisis del coronavirus.
Hayan vuelto a sus casas o permanezcan en el país de destino, los beneficiarios de la beca de movilidad europea que continúen con las clases de manera telemática podrán disfrutar de la beca íntegra. Además, aquellos estudiantes que hayan regresado del extranjero, pueden pedir una compensación a las autoridades de cada Estado miembro para los gastos de transporte adicionales derivados de la crisis.
Igualmente, la Comisión establece que también mantendrán la beca aquellas personas que sigan afrontando gastos de alojamiento o facturas de luz y agua, por su estancia en el extranjero, aunque sus cursos hayan sido cancelados. Sobre los gastos a mayores provocados por permanecer en el extranjero durante más tiempo del inicialmente planeado, podrán solicitar una ampliación de la beca.
Por el contrario, los estudiantes que hayan regresado a sus casas, tengan las clases canceladas y no mantengan gastos de estancia deberán devolver parte de la beca. En particular, la parte proporcional desde la fecha en la que terminó su intercambio hasta la fecha final que fija el programa.
Los beneficiarios de la beca que no han comenzado el programa debido a que la crisis del coronavirus se desató antes de iniciar el intercambio podrán usar el dinero para los gastos de viaje relacionados con el Erasmus. El estudiante también podrá recibir una devolución de los gastos de alojamiento que haya tenido que adelantar.
Además, la guía señala que, en principio, los estudiantes que han visto truncados su intercambios por la pandemia podrán posponerlos hasta 12 meses, para así realizar el programa en el futuro. Aunque Bruselas recuerda que, en todo caso, la última palabra la tendrá la universidad de destino.
En su guía, el Ejecutivo comunitario aconseja a los centros universitario ser lo más "flexibles" y "pragmáticos" posible para ayudar a los estudiantes a lograr los objetivos de su plan de estudios, independientemente de su localización geográfica.