MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
El gerente del departamento de Comunicación de la JMJ de Río de Janeiro 2013 y voluntario en el área de Redes Sociales en la JMJ de Madrid 2011, Benjamín Paz, ha pedido al Vaticano la creación de un comité organizador permanente para asesorar a los organizadores de las futuras JMJ y "mejorar" así estos eventos.
Así se recoge en el Trabajo Fin de Máster en Protocolo de Marta Alvarado Guerrero, alumna de la Universidad Camilo José Cela, titulado 'De Madrid a Río, pasando por un Cónclave', al que ha tenido acceso Europa Press.
En una entrevista realizada por Guerrero al que fue responsable de Comunicación de la JMJ de Brasil y también voluntario de la JMJ de Madrid, Paz apunta a la necesidad de "una coordinación central" en las JMJ y asegura que así lo sugirió al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, así como en el informe al Vaticano.
Según explica, aunque en el Vaticano existe un órgano responsable para la organización de estos eventos, el Pontificio Consejo para los Laicos, está "más enfocado a los contenidos y a la liturgia", no tanto a la parte operacional de la Jornada y esto hace que sea "muy difícil".
Paz pone el ejemplo de los Juegos Olímpicos de Brasil para cuya organización cuentan con un acompañamiento de asesores que forman parte de un Comité. En cualquier caso, su idea de comité organizador permanente no es un grupo de personas dedicadas a tiempo completo sino un grupo de personas de referencia que puedan ser guías y orientadores para el comité organizador local de cada JMJ.
"Hay una serie de cuestiones que la JMJ como organización necesita mejorar. Además, creo que la JMJ cuenta con muy poco tiempo para organizarse, dos o tres años no es suficiente. Pero si esas son las reglas del juego, por lo menos nos tenemos que asegurar de contar con los mejores profesionales. Es un evento tan grande y tan complejo, con unos recursos tan limitados que necesita contar con un personal muy cualificado", puntualiza.
El trabajo 'De Madrid a Río, pasando por un Cónclave', también saca algunas conclusiones sobre el desarrollo de ambas JMJ. Así, señala que, si bien se mantuvo el carácter general de la JMJ, en cada ciudad se adaptó el evento a la idiosincrasia local, al marco cultural, histórico y religioso, algo que se manifestó en la organización, el diseño de los elementos corporativos, la financiación, el protocolo y la seguridad.
Según el estudio, detrás de la elección de Madrid y Río de Janeiro como sedes de la JMJ había "unos objetivos concretos". Así, precisa que en el caso de España el Vaticano la eligió "como referente para el resto de Europa en unos momentos en los que la imagen de la Iglesia se había visto dañada por varias cuestiones, con el consecuente alejamiento espiritual de muchos creyentes".
Con respecto a Río de Janeiro, el trabajo apunta que la Santa Sede eligió esta ciudad para hacer "un guiño a América Latina, que solo conocía un evento de este tipo" y "hacer frente al retroceso del catolicismo a favor de otras corrientes de raíz protestante".
A este motivo básico, según indica la autora, se sumaron después otros intereses "económicos y reputacionales" por parte de las autoridades locales y nacionales, que vieron en las JMJ "una oportunidad para demostrar" la capacidad de la ciudad para organizar eventos de este tipo.
UN CÓNCLAVE ENTRE AMBAS JMJ
Sobre cómo afectó el cambio de Pontífice a la organización de la JMJ de Río de Janeiro, el estudio revela que el hecho de que fuese el primer viaje internacional del primer Papa latino de la historia provocó que el evento cobrara un interés mayor del esperado por lo que los organizadores tuvieron que comunicar "más y mejor".
También afectó a ambas JMJ el carácter de los Pontífices. Así, según indica la autora del informe, aunque Benedicto XVI era el Papa "de la tradición y las formas, supo adaptar su estilo a la JMJ de Madrid", un evento "de corte más tradicional, en el que la cultura y la Historia del país y del continente estaban latentes en muchos aspectos, entre ellos, el protocolo".
Mientras, Francisco fue en Brasil "el Papa de las rupturas de las formas" que con su carácter "más latino, alegre y relajado en lo que a las normas protocolarias se refiere" encajó con la cultura de Río de Janeiro, según añade. "Un claro ejemplo de la forma de ser del Papa Francisco fue su negación a desplazarse en un papamóvil hermético, ya que él, obviando cualquier cuestión de seguridad, deseaba estar en contacto directo con las personas y darse un 'baño de masas'", explica.
El responsable de Protocolo de la Oficina de Prensa de la JMJ Madrid 2011, Ramiro Díaz-Maroto Oro, al que también entrevista Guerrero para este análisis, considera que en Brasil "se fue algo menos riguroso de lo que se fue en Madrid".
Precisamente, apunta que en el evento de Brasil "en ocasiones, las faltas de coordinación que se produjeron hicieron chirriar el mensaje que se quería transmitir". Además, señala que se produjeron "ciertos fallos en lo que a la seguridad se refiere". "Quizás en Madrid todas estas cuestiones estuvieron algo mejor organizadas", precisa.
LA DE BRASIL ABRIÓ CAMINO PARA EL MUNDIAL Y LOS JJ.OO.
En este sentido, el responsable de Protocolo de la JMJ de Río, Benjamín Paz, señala que la JMJ de 2013 tuvo "todos los contratiempos que era posible tener" como el cambio de lugar, "con todo lo que ello demora e implica financieramente porque el terreno se escogió en noviembre y ya en enero se habían empezado a hacer las obras correspondientes" y después, el cambio de Papa ya que tenían una "semi-agenda" aprobada por Benedicto XVI y renunció a solo cinco meses de la celebración.
En cualquier caso, Paz asegura que, en realidad, "todas estas crisis fueron grandes oportunidades" pues con ellas ganaron espacios en los medios. "Yo creo que, al final, somos nosotros los que hemos abierto el camino a los grandes eventos aquí en Río de Janeiro porque los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo, por más que sean famosos, van a ser comparados con la JMJ, que sentó un precedente", afirma.