En las primeras semanas de junio, se produjo en Alaska un número creciente de incendios, por encima de la media del periodo 2003-2021
MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los datos de seguimiento de incendios del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) muestran que las emisiones totales de carbono para el Círculo Polar Ártico se encuentran en valores similares a los de esta época en 2021, y a los de otros años del conjunto de datos anteriores a 2019, con valores mucho más bajos que los de los años récord de 2020 y 2019.
Los datos del CAMS también revelaron un aumento específico de la actividad de los incendios en cuanto al poder radiativo del fuego (FRP) observado en el Círculo Polar Ártico. La temporada boreal de incendios suele abarcar desde mayo hasta octubre, con picos de actividad durante los meses de julio y agosto.
Además, los datos del CAMS muestran que, en el periodo comprendido entre el 1 de abril y el 30 de junio, el total de las emisiones de carbono estimadas procedentes de los incendios de primavera (incluidos los incendios forestales y las quemas al aire libre para la agricultura) para los distritos federales de los Urales y Siberia se aproximó a la media de los años anteriores del conjunto de datos (2003-2020) para esa época del año, a pesar de un inicio de temporada relativamente intenso. El distrito federal oriental suele sufrir incendios en verano y no en primavera y actualmente presenta los valores típicos de esta época del año.
Cada verano, los científicos del CAMS prestan especial atención a los incendios en los bosques boreales y en latitudes septentrionales elevadas. En las primeras semanas de junio, se produjo en Alaska un número creciente de incendios, por encima de la media del periodo 2003-2021, incluso dentro del Círculo Polar Ártico, lo que provocó cierto desplazamiento de humo a través del Mar de Beaufort hacia el Océano Ártico.
Los datos sobre los incendios en el Ártico han estado mostrando valores diarios típicos de todo el mes de junio, pero el CAMS los está monitorizando de cerca, ya que en las dos últimas semanas se han declarado más incendios en la República de Sajá y en el distrito autónomo de
Chukotka.
En Norteamérica, se produjeron grandes incendios forestales en el suroeste de Estados Unidos, donde un gran incendio en Nuevo México estuvo activo desde mediados de abril hasta principios de junio de 2022. Más recientemente, el CAMS observó un número creciente de incendios forestales activos en Alaska a lo largo de junio de 2022.
En Europa, el CAMS realizó seguimiento de la evolución de un gran incendio forestal cerca de la Costa del Sol andaluza, en España, que comenzó el 8 de junio de 2022 y provocó la evacuación de 2.000 personas de la cercana localidad de Benahavís.
Los datos del GFAS sobre Andalucía muestran valores extremos de la media del total diario del poder radiativo del fuego (FRP) en comparación con la media del periodo 2003-2021. El CAMS monitorizó también numerosos incendios en otras zonas de España, incluida la elevada actividad observada en Castilla y León a partir de mediados de junio, donde las temperaturas inusualmente altas y los fuertes vientos contribuyeron a aumentar la intensidad de los incendios devastadores.
El seguimiento del CAMS no sólo se centra en la intensidad de los fuegos, sino que también analiza las repercusiones a mayor escala de los incendios forestales y las emisiones de humo, incluido su impacto en la calidad del aire, que puede causar diversos problemas respiratorios y otros daños en la salud humana.
"En los últimos veranos hemos observado incendios forestales a gran escala y persistentes en todo el hemisferio norte, y ya estamos vigilando de cerca los incendios que se han desarrollado durante la primavera y principios del verano. En lo que va de verano hemos visto tendencias bastante típicas, salvo en Nuevo México y Alaska", alerta Mark Parrington, científico sénior y experto en incendios forestales del CAMS.
"Aunque la actividad de los incendios en el hemisferio norte no ha sido especialmente inusual, sabemos que el aumento de la inflamabilidad de la vegetación ha incrementado el riesgo de que se produzcan grandes incendios cuya ocurrencia y escala reales son difíciles de predecir. Por esta razón, y con el fin de proporcionar información oportuna, el CAMS sigue vigilando la actividad de los incendios en estas regiones y en todo el mundo a lo largo de todas las etapas, así como la intensidad de los incendios y el humo resultante que emiten", detalla.