Incendio Belmontejo
EUROPA PRESS/BRIF

   MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Los brigadistas que luchan contra el fuego en España consideran fundamental cambiar la actual política de incendios, más basada en la extinción que en la prevención, porque la estacionalidad de los incendios "ha terminado" y el fuego concurre indepentientemente del mes del año.

   Así, el presidente de la Asociación de Trabajadores de las BRIF (ATBRIF), Pablo González Moreno, ha explicado a Europa Press que los fuegos desatados en todo el noroeste de la Península en los últimos días han estado provocados por una suma de factores, pero considera que la actual política contra incendios en España "es de los años 90" y que debería ser remodelada de forma integral de modo que el trabajo y el esfuerzo inversor más importante se destine a la prevención.

   A su juicio, "la manera de gestionar" los incendios hace que "ocurran cosas como esta" -- en alusión a la ola de fuegos de estos días-- e insiste en el concepto desfasado de que la época de alto riesgo va de junio a octubre. "Esto es un atraso fundamental. La estacionalidad de los incendios forestales ha terminado", ha apostillado González, que ha recordado la oleada de incendios en toda la cornisa Cantábrica, desde Galicia a Navarra que se registró en diciembre de 2015.

   Por eso, ve conveniente tener en cuenta las condiciones reales de fuego y los cambios meteorológicos y climatológicos para acomodar los recursos de extinción y fomentar la política de prevención, ambas activas todo el año.

   En la actualidad, ha señalado que los brigadistas estatales tienen un paro de 20 días a partir del 21 de diciembre, pero que la campaña de extinción dura "normalmente" hasta el 15 de octubre y a partir de esa fecha se dedican a realizar tareas de prevención.

   Sin embargo, este año permanecerán activas hasta el 30 de octubre las de Tineo (Asturias) y Lubia (Soria) y se ha ampliado el dispositivo hasta el 22 de octubre a las de Tabuyo (Léon), Pino Franqueado (Cáceres) y Laza (Orense).

   De este modo, de las 10 BRIF, con 50 miembros cada una, permanecen activas cinco, (Pinofranqueado en los fuegos de León y la de Lubia en Asturias y las otras tres ya de vuelta en sus bases) mientras que las otras cinco ya han terminado su operativo de extinción.

   En cuanto a los dispositivos autonómicos, critica que las comunidades autónomas reduzcan desde octubre el dispositivo a pesar de las condiciones meteorológicas. En Galicia, ha estimado que desde el 1 de octubre se ha reducido en unos 400 efectivos y en Castilla y León desde esa fecha también ha rebajado tanto los medios aéreos como el personal.

OPHELIA, SEQUÍA Y LA INTENCIONALIDAD

   Respecto a la ola de fuegos, ha valorado que se ha juntado distintos factores, tales como el viento de sur por el huracán Ophelia, la sequía acumulada, la vegetación con estrés hídrico y también la intencionalidad con que se prendieron.

   Asimismo, se ha referido también a la "cultura del fuego tradicional en el noroeste de la Península", ha negado la existencia de tramas o mafias incendiarias y minimiza el potencial de los pirómanos porque "no hay tantos" frente a la mala intención de "mucha gente con intereses varios y que quieren hacer daño".

   Entre las principales variaciones se ha referido a la pérdida y falta de aprovechamiento del monte, que antes estaba utilizado y explotado por la mano del hombre y por el ganado, pero en la actualidad la despoblación en áreas rurales es enorme y el monte y la vegetación han tomado su parte de naturaleza.

MEJORAR LA PREVENCIÓN

   El presidente de la Asociación de las BRIF ha planteado un nuevo modelo de gestión de incendios que optimice los 2.000 millones que se destinan a prevención así como los elevados recursos para extinción.

   En concreto, ha criticado que en España en ocasiones se destinan grandes recursos para salvar zonas que no valen tanto dinero ni tienen tanto valor como el coste de la propia extinción, por ejemplo, un monte raso. "Llevas cinco helicópteros o 6 brigadas que valen un dineral para lo que estás salvando", ha reflexionado.

   "Con el dinero que se destina a un gran incendio en extinción se podría hacer prevención para muchas hectáreas durante bastantes años. Las quemas prescritas, por ejemplo, son útiles para evitar grandes incendios en campaña", ha concluido.

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