Imagen del humedal de Doñana
CSIC/UAM
Actualizado: lunes, 13 marzo 2017 20:00

   MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El cambio climático y las amenazas locales pueden conducir a una "extinción" del ecosistema de humedales mediterráneos como Doñana, Tablas de Daimiel, la Albufera de Valencia o el Delta del Ebro "en pocos años, como mucho en decenas", si no se cambian los usos y costumbres en estas zonas "de manera drástica", según advierte un estudio internacional.

   Así lo ha advertido la investigadora del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid, Paloma Alcorlo, que ha explicado a Europa Press que las principales amenazas que sufren estos ecosistemas son la sobrexplotación de los acuíferos, los usos agrícolas, los pozos ilegales o el uso desmesurado de fertilizantes y pesticidas.

   Las conclusiones de la investigadora forman parte de un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (UPO) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que alerta de los problemas locales del Parque Nacional de Doñana, que está incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

   El trabajo, que ha sido publicado en la revista Frontiers in Ecology and the Environment, expone cuestiones como el deterioro de la calidad de agua por los aportes excesivos de nutrientes, o la explotación intensiva de los acuíferos, pueden exacerbar en Doñana los efectos de eventos climáticos extremos, como sequías y olas de calor, reduciendo la capacidad de los ecosistemas acuáticos para soportar los impactos del cambio climático.

   "En el trabajo demostramos que la gestión de amenazas locales puede expandir el espacio de operación segura para estos ecosistemas. Una gestión local inadecuada hace que un ecosistema acuático sea menos tolerante al cambio climático y se reduzca su capacidad de respuesta", ha afirmado el investigador Marten Scheffer, de la Universidad de Wageningen (Holanda), galardonado este año con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación.

   Sin embargo, la investigadora de la UAM, ha valorado que "algunos productores y agricultores están concienciados y hay gente que ya está cambiando y haciendo una agricultura "mucho más sostenible, con menos agua y menos agroquímicos".

   Alcorlo ha subrayado, por ejemplo, la presión que genera Matalascañas a Doñana, un pueblo turístico cuya población es muy reducida en invierno y que se multiplica varias veces en verano. "Tiene un campo de golf que no viene a cuento y que linda con el Parque Nacional de Doñana, al otro lado de la carretera y tanto el campo como la población estival suponen un gran foco de presión sobre el acuífero", ha comentado.

   "La situación es muy preocupante y se lleva años advirtiendo de la cuestión, pero hay muchos intereses económicos y políticos", ha lamentado.

   Asimismo, ha denunciado también el riesgo de extinción de la vegetación no solo por los usos locales sino también por el cambio climático y el calentamiento de las temperaturas que está provocando que los polinizadores como por ejemplo las mariposas se estén desincronizando con respecto a la población. "Si el ecosistema está sano, todo funciona", ha valorado.

   A su juicio, parte de la falta de concienciación se debe a la falta de educación ambiental y a que la cuestión no se habla lo suficiente en los medios de comunicación a pesar de que "el cambio climático ya está aquí" y es preciso cambiar el modo de consumir. "Hasta que no observemos una carencia real no lo veremos", ha advertido.

   Durante el trabajo, los autores examinaron cinco humedales de la región mediterránea, que están "muy afectados" por la sobreexplotación de los recursos hídricos e inscritos en la Lista del Convenio Ramsar de Humedales de Importancia Internacional

LA MARISMA DE DOÑANA SE AHOGA

   La investigadora recuerda que las marismas de Doñana son el lugar de invernada "más importante" en Europa de anátidas y otras aves acuáticas, con más de medio millón de ejemplares y cuenta con varias especies endémicas de invertebrados y plantas acuáticas, incluidas planarias y diatomeas.

   La entrada de nutrientes por el uso de abonos agrícolas y aguas residuales, combinada con la pérdida de aportes de agua por la extracción de agua subterránea, están reduciendo el caudal y la calidad del agua en los arroyos que abastecen sus marismas.

   De hecho, el caudal de la Rocina, el arroyo que desemboca en la marisma en El Rocío, se ha reducido a la mitad en dos décadas, mientras que la concentración de fósforo en las aguas se ha quintuplicado en los últimos 15 años.

   Los investigadores ya han detectado síntomas que demuestran que Doñana está afectada por estos cambios, como los brotes de cianobacterias tóxicas y la expansión de una especie exótica de helecho flotante, Azolla filiculoides, lo que pone la biodiversidad en peligro.

   "Un aumento de temperatura favorece la expansión del helecho Azolla filiculoides e incrementa la frecuencia de brotes de anoxia y de cianofíceas tóxicas, causando la muerte de las especies autóctonas.

   Al disminuir la entrada de nutrientes y las extracciones de agua, los gestores podrían reducir este riesgo y por tanto aumentar la resistencia de Doñana al cambio climático", asegura Andy Green, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC).

   "Las medidas contra la eutrofización podrían incluir la reducción en el uso de abonos y la mejoría de las estaciones de depuración de aguas residuales, así como el cierre de los pozos sin permiso, que reducen los aportes de agua a los arroyos que entran en la marisma", agrega Green.

   También, en sus dunas, Doñana alberga el sistema de lagunas temporales más importante de Europa, con la formación de más de tres mil lagunas durante los años húmedos.

   Pero la extracción de agua subterránea para la agricultura y el turismo de playa en Matalascañas está detrayendo recursos hídricos del sistema, y las lagunas tienden a secarse con mayor rapidez que hace 20 años.

   "Si estos ecosistemas acuáticos colapsan, podría significar la extinción irreversible de muchas especies", apunta Scheffer.

   Los autores destacan la urgencia de que la sociedad y las administraciones reduzcan las amenazas locales que afectan a humedales icónicos como Doñana, y recuerdan que la UNESCO está preocupada por Doñana, al considerar que tiene un grado de amenaza "Muy Alta" por el deterioro en la cantidad y calidad de agua disponible.

   Finalmente, Alcorlo manifiesta que el artículo pretende concienciar acerca de las oportunidades para mejorar acciones de conservación efectivas a escala local. "Las opciones para la gestión local son claras y relativamente baratas. Se debe aprovechar esta oportunidad, sobre todo cuando se trata de ecosistemas de importancia vital para mantener la biodiversidad global", ha concluido.

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