MADRID, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las centrales nucleares españolas no tendrán que reducir potencia o parar por no poder mantener la temperatura límite en el agua que se vierte al río tras generar electricidad, ya que cuentan con torres de refrigeración a diferencia de otras plantas europeas de Francia, Bélgica o Suiza, donde sí se ha dado este caso a consecuencia del caluroso verano que se está registrando este 2022 en el continente, según han explicado a Europa Press fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
A esa situación se enfrentan las centrales nucleares francesas de Blayais, Golfech, Saint-Alban 1 y Bugey, que no pueden respetar los valores límites de temperatura, lo que implica o bien su reducción de potencia o el paro de la producción eléctrica, según ha informado la Autoridad Nuclear Francesa (ASN), el organismo equivalente al Consejo de Seguridad Nuclear en España.
EDF-France podía solicitar a la ASN que modifique de manera temporal los requisitos límite que rigen en las descargas térmicas y la autoridad nuclear gala adoptó el 13 de julio la decisión de pasar dichas fronteras térmicas para las centrales de Blayais, Saint-Alban-Saint-Maurice y Golfech, una medida que el 15 de julio también afectó a la central de Bugey.
Precisamente, la planta de Bugey efectuó el 14 de julio una parada no programada de su reactor número 5 --que dispone de un sistema de refrigeración de circuito cerrado-- por lo que en este momento solo está disponible el reactor 2 --cuyo sistema es de circuito abierto-- de modo que la planta ya no pudo respetar los valores límite establecidos por la ASN.
En esa situación, el operador de transporte de electricidad francés (equivalente a Red Eléctrica en España) consideró que mantener una potencia mínima en Bugey es "fundamental" para la seguridad de la red eléctrica y sobre esto, el Ministerio de Transición Energética galo valoró que mantenerla en operación es una cuestión de necesidad pública, según un comunicado de la ASN. De ahí que haya autorizado violar los límites térmicos en no más de tres grados centígrados y por un breve espacio temporal.
Este mismo miércoles la eléctrica francesa EDF --el mayor productor de energía nuclear de Europa-- avisó de posibles recortes de producción en estos días de hasta 3,8 gigawatios en las plantas de Tricastin, St Alban y Golfech debido a las altas temperaturas en los ríos Ródano y Garona. El aviso de recorte se materializó el jueves en Golfech, con 1 gigawatio menos, y seguirá este sábado, 6 de agosto, con la reducción de hasta 2,2 gigawatios en Tricastin y de 0,6 gigawatios en Saint-Alban.
Tras la intensa ola de calor del año 2003, la ASN fijó límites de temperatura y caudal de los ríos por encima de los cuales las plantas deberían reducir su producción con el fin de garantizar que el agua de refrigeración de las nucleares no perjudica al medio ambiente cuando esta retorna a los ríos. En estos días Francia ve como el mercurio sube hasta los 40C.
¿PUEDE PASAR EN ESPAÑA?
Pero si Francia vive un verano de calor intenso, la situación no es menor en España, donde además de una canícula extrema, hay que sumar la sequía prolongada que llega al punto de que hay que remontarse hasta 1995 para encontrar los embalses con un menor volumen de agua almacenada que en estos momentos, ya que están al 40,4 por ciento de su capacidad, según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
No obstante, técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han explicado a Europa Press que la situación de las plantas españolas dista mucho de la de sus vecinas francesas, belgas o suizas y, no está previsto que tengan que llegar al mismo extremo.
En ese sentido, afirman que el diseño de las centrales nucleares españolas no permite llegar a ese caso porque, entre otros motivos, España no tiene un límite absoluto de temperatura para que la potencia de una planta tenga que reducirse y, por otro, porque el parque nuclear ha mejorado sus capacidades para verter la energía sobrante y devolver el agua al curso del río sin que aumente notablemente su temperatura.
Desde el CSN precisan que las centrales no vierten el agua que se utiliza en el reactor directamente al río, sino que previamente pasa por las torres de refrigeración que se han ido construyendo. Así las cosas, apunta que Cofrentes (Valencia y Trillo disponen de dos torres de refrigeración; Ascó (Tarragona) vierte al mar, mientras que Almaraz dispone desde 2012 de una red de veinte torres de enfriamiento que aseguran que el agua que se descarga al embalse de Torrejón, en el Tajo, no excede nunca de 30C. En ese sentido, destacan que este sistema ha permitido que ninguna central nuclear española haya bajado nunca su potencia por ola de calor.
Otra de las diferencias con los países del entorno europeo es que en España el control del límite de temperatura no corresponde al CSN sino que depende de las confederación hidrográficas. Por ello, la decisión de bajar potencia, llegada ese supuesto, sería consultada al organismo regulador pero dependería, en último término, del Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno. En Francia, es la ASN la competente en esta decisión, aunque luego pida el refrendo del Ejecutivo.
En definitiva, reiteran que nunca una central española ha bajado de potencia por ola de calor ni tampoco está previsto que ocurra este verano, pese a que la intensidad y frecuencia de este fenómeno es más frecuente que en otros países más septentrionales.