MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
La eficacia y utilidad del establecimiento de áreas marinas protegidas para la recuperación de túnidos y otras especies ha sido cuestionada por un estudio científico que califica de pobres y escasos los beneficios por lo que no se trata de una herramienta de gestión efectiva e incluso va más allá y advierte de posibles efectos perjudiciales, ya que en las zonas adyacentes se pesca con mayor intensidad.
La investigación ha sido publicada en 'Frontiers in Marine Science', la tercera revista de biología marina y agua dulce más citada a nivel internacional. Liderado por el investigador John Hampton, apunta que el impacto en las poblaciones de atún listado y patudo en el área marina protegida de las islas Fénix --la más grande del mundo-- fue "escaso" tras prohibir toda pesca en 2015.
'Eficacia de conservación limitada de áreas marinas protegidas a gran escala para el atún listado y patudo del Pacífico', es la primera evaluación cuantitativa de un área marina protegida (AMP) con prohibición de pesca de túnidos tropicales y tiene implicaciones para muchas de las mayores AMP del mundo.
En concreto, los autores evaluaron las poblaciones de atunes tropicales y los datos oficiales de pesca para compararlos con un modelo biológico de estos túnidos y encontraron que el Área Protegida de las Islas Fénix, que cuenta con 408.000 kilómetros cuadrados de superficie. Así, concluyeron que esta reserva no aumentó significativamente la abundancia de atún y que el cierre de la pesca en algunas áreas del océano únicamente conduce a que en las zonas adyacentes se pesque con mayor intensidad.
En concreto, primero analizaron la eficacia del AMP de Islas Fénix para aumentar las poblaciones de atún en la zona y, en segundo lugar estudiaron cómo afectaría al atún establecer áreas protegidas hipotéticas aún mayores en el Pacífico.
De ese modo, descubrieron que el AMP de Islas Fénix no contribuiría "significativamente" a la abundancia de túnidos. De hecho, estiman un incremento del 0 por ciento en la abundancia de atún listado y un aumento del 0,3 por ciento en la abundancia de patudo gracias al cierre.
Además, los investigadores aplicaron su modelo para estimar el impacto de cerrar un tercio del océano Pacífico Occidental a la pesca y encontraron resultados "igualmente pobres" para tales especies.
El científico y autor principal del estudio John Hampton asegura que los atunes tropicales como el barrilete y el patudo tienen una amplia distribución en las aguas tropicales y subtropicales del Pacífico y son capaces de desovar en cualquier lugar donde la temperatura del agua supere los 25 grados centígrados. Sus larvas flotan en las corrientes de agua superficiales y, a medida que crecen, pueden moverse ampliamente por la región. Por lo tanto, concluye que "cerrar una parte del área tiende a no ofrecer mucha o ninguna protección a este tipo de especies".
El área protegida de las Islas Fénix se creó en 2006 y se convirtió en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2010 pero no se cerró completamente a la pesca hasta 2015. Hasta entonces se capturaban en el área marina unos 110.000 atunes listado, el 6 por ciento del total de la capturar total de la especie en el Pacífico Central y Occidental, lo que supone una pérdida neta en términos de económicos para Kiribati que dejó de vender días de pesca en dicha zona, en aras de la conservación.
Esta eficacia quedaría limitada por la amplia dispersión de larvas y la alta movilidad de las etapas posteriores de la vida, que disipan especialmente los efectos protectores de las AMP y pueden además provocar consecuencias negativas para las poblaciones y el desempeño de las pesquerías en esas áreas.
Pero ahora, el análisis concluye que los beneficios de la conservación para el listado dentro del AMP, cerca del AMP y a escalas de todo el stock son "insignificantes". "Está claro que algunas expectativas sobre el impacto de PIPA en la conservación del atún eran demasiado optimistas", subraya.
Hampton sentencia que los resultados indican además que incluso para vedas hipotéticas mucho más grandes, que comprende aproximadamente el 33 por ciento del área de Pacífico Central y Occidental, los impactos de conservación en el atún listado probablemente serían son "débiles o inexistentes", y solo se producen aumentos "modestos" en la biomasa reproductora de ambas especies dentro y en las inmediaciones del área marina protegida.
En concreto, para el 33 por ciento de las áreas marinas protegidas la investigación estima que los cambios en la biomasa reproductora de todo el stock fueron de -0,1 por ciento a 5,8 por ciento para el atún listado y de +4,8 por ciento a +12,0 por ciento para el patudo.
"Lo que algunas ONG ambientalistas pretenden difundir como un gran beneficio para el ecosistema no es real y además conlleva unas consecuencias económicas que afectan gravemente a las economías de Países Costeros en Vías de Desarrollo, a los que supuestamente pretenden ayudar", advierte.
El trabajo incide en que las grandes AMP oceánicas probablemente no sean herramientas de gestión de primera línea efectivas para los túnidos tropicales y otras especies que tienen características de historia de vida similares.