MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un excesivo aumento del turismo de naturaleza "puede poner en peligro la biodiversidad", según han asegurado este martes 26 de septiembre Ecologistas en Acción, Greenpeace y SEO/BirdLife que, en el marco del Día Mundial del Turismo que se celebra este miércoles 27, han puesto como ejemplo la "masificación" en las Islas Cíes (Galicia), el incendio de Doñana (Huelva) y La Pedriza (Madrid).
Así lo han declarado a Europa Press las organizaciones ambientales, que han valorado el informe publicado recientemente por el Gobierno sobre el turismo de naturaleza en España, en el que señalan que entre 2009 y 2016 aumentó en un 32 por ciento el número de viajeros en el ámbito del turismo rural y en un 24 por ciento las pernoctaciones, mientras que el número de visitantes a Parques Nacionales ha aumentado un 34 por ciento en los últimos 10 años.
Coincidiendo con el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollado, que se está celebrando este 2017, las ONG han reivindicado precisamente que "no se olvide cuál es el objetivo de un espacio protegido", tal y como ha señalado a Europa Press el portavoz de SEO/BirdLife, Ramón Martí.
"El turismo de naturaleza es sin duda un recurso importante para el desarrollo rural y genera beneficios a las entidades locales, pero no debemos olvidar que están explotando un recurso frágil, con seres vivos", ha continuado Martí.
Por ello, ha lamentado que en algunos lugares, como en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, donde se encuentran las Islas Cíes, se hayan "vulnerado las normas".
Por su parte, la responsable del área en Greenpeace, Pilar Marcos, ha explicado a Europa Press que, ante todo, "el turismo tiene que ser respetuoso con el medio natural" y ha señalado que el problema de España "parte de una mala organización del territorio".
En este sentido, Marcos ha incidido en que "se deben blindar los espacios protegidos para que no ocurran cosas como el incendio de Doñana", donde ardieron 8.486 hectáreas en el espacio natural, que afectó a un total de 70 especies de aves, 40 variedades de plantas y 38 mamíferos, entre ellos, el águila imperial y el lince ibérico, según las ONG.
Mientras tanto, la portavoz de Ecologistas en Acción, Belén García de la Torriente, ha destacado a Europa Press que el Gobierno "no está haciendo una gestión adecuada y no existe un control de flujos".
Para García, "un ejemplo claro es La Pedriza, donde la gente se baña en sitios donde no debe y utiliza el coche por muchas lugares, degradando así los ecosistemas". "Después de protestar, la Comunidad de Madrid empezó a prohibir algunas cuestiones, pero en general, no hay control ni filtro", ha continuado.
Por ello, desde Ecologistas en Acción han subrayado la importancia de "decirle a la gente el valor que tienen las cosas y hasta dónde se pueden usar, porque muchas veces, no lo saben por desconocimiento".
EL TURISMO DE NATURALEZA EN AUGE
El estudio del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) señala, además, que el número de turistas de naturaleza en España, oscila entre los 28 y los 65 millones al año, lo que supondría entre el 12 por ciento y el 29 por ciento de las visitas turísticas totales.
Asimismo, el informe apunta a una "fuerte internacionalización" de la demanda, ya que en el periodo estudiado el peso de los viajeros extranjeros ha crecido en un 9 por ciento, y los que más han crecido en número de viajeros han sido los Países Bajos (219%) y Reino Unido (175%).
Además del aumento a las visitas de los Parques Nacionales, el informe también señala un aumentado del número de visitantes a espacios naturales protegidos en las últimas décadas, al pasar de 4,2 millones en el año 1973, a los 21 en 2012.
El estudio de Medio Ambiente hace también hincapié en el turismo ornitológico y en el de observación de mamíferos, principalmente, lince, oso y lobo, que "han experimentado una demanda creciente en los últimos años y se espera que siga en aumento".
Según una encuesta incluida en el informe, el turista de naturaleza tiene una edad comprendida entre los 25 y los 45 años en los residentes y entre 45 y 75 para los extranjeros; con una formación media o superior; un nivel socioeconómico medio o alto; viaja acompañado pero en grupos poco numerosos; y están motivados por el descanso y la diversión.