Expertos en violencia de género piden cambios legales para proteger a las mascotas de las víctimas de los maltratadores

Un hombre y una mujer, con mascarilla, juegan con un perro en el Parque del Manzanares, el día en que entra en vigor el uso obligatorio de mascarilla incluso con distancia de seguridad, en Madrid (España), a 31 de marzo de 2021. Hoy entra en vigor el Proy
Un hombre y una mujer, con mascarilla, juegan con un perro en el Parque del Manzanares, el día en que entra en vigor el uso obligatorio de mascarilla incluso con distancia de seguridad, en Madrid (España), a 31 de marzo de 2021. Hoy entra en vigor el Proy - Eduardo Parra - Europa Press
Actualizado: viernes, 30 abril 2021 13:55

   MADRID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Expertas en violencia de género han reclamado este jueves en el Senado cambios legales tanto en la Ley de Enjuiciamiento Civil, como en los códigos Penal y Civil que permitan mejorar la protección integral de las víctimas de violencia de género cuando el maltratador utiliza a sus mascotas para inferirles daño psicológico a través del empleo de la violencia.

   En el Foro Técnico 'Violencia de Género, cuando se agrede a la víctima a través de sus animales', organizado por el Senado junto con la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPA) y la 'Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales' (APDDA), se ha analizado desde áreas como la psicología, el derecho o la judicatura este problema que supone un "doble delito", de violencia de género y de maltrato animal.

   Durante su intervención, la coportavoz de APDDA y diputada Sandra Guaita, ha subrayado que en la mayoría de las ocasiones la lucha contra el maltrato animal está ligado a la defensa de los derechos humanos y ha señalado que en numerosas ocasiones, el hombre que maltrata animales también ejerce la violencia contra la mujer.

   Por ello, la parlamentaria ha destacado la importancia de educar en la escuela en la empatía hacia los animales. "Cuando desarrollamos nuestro compromiso para erradicar las violencias machistas, no nos podemos olvidar de que el daño a los animales, por parte de los maltratadores, es una manifestación más de violencia contra las mujeres", ha aseverado.

   Por su parte, la abogada María González Lacabex, de CoPPA, una entidad que aglutina profesionales de la protección de colectivos en situación de vulnerabilidad, ha expuesto a través de diferentes casos reales como en algunos contextos de relaciones violentas los agresores en ocasiones se sirven del maltrato animal para coaccionar, hacer sufrir e intimidar a mujeres y sus hijos.

   En su intervención, la psicóloga Soledad Montserrat ha declarado que la violencia a través del maltrato animal es un crimen que no se puede naturalizar, sino que es preciso cuestionar este vínculo que existe entre ambos.

   En su turno, ha explicado los beneficios en el proceso de recuperación de la víctima de contar con un animal, al tiempo que ha relatado casos, escalofriantes y reales, de mujeres que han pasado por su consulta y que incluso llegan a evitar salir de la casa donde sufren maltrato para proteger a sus mascotas de la violencia de sus agresores como medida de "castigo" o "coacción".

   Esto ocurre, según ha añadido, incluso después de que la víctima se haya decidido a denunciar o a separarse y romper esa relación tóxica, ya que los agresores usan al animal para intentar que la mujer regrese a su lado y seguir sometiéndola.

   "Cuando la violencia hacia los animales tiene por fin infligir sufrimiento a la mujer, condicionar su conducta o someterla, la violencia contra los animales es una forma de violencia contra la mujer. Es maltrato físico al animal y psicológico a la mujer como un acto certificante: es un castigo o descarga de la violencia del agresor que cuando se enfada con la víctima pega al animal", ha afirmado.

   En ese sentido, ha retratado el "impacto emocional" que provoca en las víctimas, más aún cuando hay menores de edad. Es entonces, cuando las víctimas temen la denuncia por las consecuencias que pueda tener sobre los propios animales y hace sentir a las mujeres responsables del daño que sufre su mascota, ya que lo perciben como producto de su "desobediencia" al agresor o como consecuencia de un fracaso en la relación.

   "Lo más significativo es que estas conductas en general no son denunciadas y es fundamental el reconocimiento de este tipo de maltrato y el sufrimiento a la víctima por parte de los profesionales para no revictimizar a la mujer", ha manifestado la experta, que ha recordado que el maltrato animal es un "indicador de riesgo" a la hora de adoptar medidas de protección de la mujer.

   En el foro ha intervenido también la magistrada del Juzgado de Violencia contra la Mujer número 1 de Bilbao, Leticia Badiola Pérez, ha advertido de la necesidad de acometer cambios en el ordenamiento jurídico para que estas cuestiones no solo dependan de la "sensibilidad" del policía o del juzgado. "El maltrato animal es un modo de violencia vicaria, la que se usa para dañar a lo que está más ligado a la persona", ha recordado.

   En la realidad, el animal en estos casos queda desprotegido y Badiola señala que en algunas ocasiones se tiene que utilizar una "ingeniería judicial" para protegerlos y evitar el doble problema. Por ello, considera fundamental que en la protección de la víctima se habilite a los jueces para proteger asimismo a sus familiares y "todo aquello vinculado a ella", como los animales o mascotas, también en las órdenes de protección.

   "No puede olvidarse que una vez abandonado el domicilio el agresor puede intentar dañar lo que está más cercano a esta, como los animales", ha insistido.

   En definitiva, ha instado a los profesionales a trabajar desde una perspectiva de género "lo suficientemente amplia" como para hacer sentir a las mujeres víctimas que "no están solas" y que "nada las impida denunciar".

   Finalmente, María González Lacabex de CoPPA ha propuesto una reforma legal que contemple como forma de maltrato a la mujer el maltrato animal dentro del delito de amenazas y en las conductas de coacción a los seres humanos; que permita inhabilitar al maltratador en la tenencia y convivencia con animales, así como para disponer y transportar armas tras cometer un delito animal, algo, que según ha recordado ya existe en la ley de numerosos países del mundo.