MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
En dos de los primeros estudios a gran escala realizados hasta la fecha en el campo, investigadores de Europa y Canadá confirman las hipótesis acerca de los neonicotinoides: que la exposición prolongada a estos insecticidas afecta negativamente a las abejas. Sus resultados revelan que el ambiente y las especies locales influyen en el impacto de estos insecticidas ampliamente utilizados, pero que, en última instancia, sus efectos son en gran medida negativos, incluyendo la reducción del éxito reproductivo y la supervivencia.
En la década de 1990, la investigación sobre la salud de la población de abejas comenzó a sugerir que los neonicotinoides --aplicados ampliamente a los principales cultivos-- estaban dañando estas especies polinizadoras. Sin embargo, determinar cómo y por cuánto tiempo ha generado resultados mixtos, en parte porque ha sido difícil evaluar los impactos de otras amenazas del mundo real a las abejas, como el cambio climático.
Además, algunos han sugerido que las abejas en estudios previos han sido expuestas a dosis más altas de pesticidas que las que se encuentran de forma realista en el campo. En el primero de los dos estudios diseñados para proporcionar una imagen más clara de los efectos específicos de los neonicotinoides, Ben Woodcock, del Centro de Ecología e Hidrología del 'Natura Environment Research Council', en Reino Unido, y sus colegas realizaron "tal vez el experimento de campo más ambicioso de los efectos neonicotinoides aún realizado", según explica el profesor Jeremy Kerr, del Departamento de Biología de Ottawa, en Canadá.
MENOR ÉXITO REPRODUCTIVO
Trabajando cerca de cultivos de colza de semillas oleaginosas tratados con neonicotinoides en Alemania, Hungría y Reino Unido, recopilaron datos sobre los impactos de tres especies de abejas, encontrando que los químicos contribuyeron negativamente a los declives locales en cada caso, aunque exclusivamente dependiendo del contexto ambiental.
Por ejemplo, la exposición a los cultivos tratados redujo el éxito durante el invierno de las colonias de abejas melíferas en Hungría y en Reino Unido, pero no en Alemania. Sin embargo, en los tres países, el aumento del residuo de neonicotinoides en los nidos de abejas se asoció con un menor éxito reproductivo.
En un segundo estudio, Nadejda Tsvetkov, de la 'York University', en Toronto, Canadá, y su equipo, que trabajaban en una zona comercial de cultivo de maíz en Canadá, trataron de aislar los impactos específicos de los neonicotinoides de otras amenazas agrícolas de alta intensidad. Encontraron que las abejas obreras expuestas a neonicotinoides (que a menudo provenían de polen contaminado con neonicotinoides de plantas cercanas, no del cultivo tratado) exhibían una expectativa de vida inferior y sus colonias tenían más probabilidades de perder permanentemente reinas.
Tsvetkov y sus colegas también observaron que los neonicotinoides eran particularmente potentes cuando se mezclaban con un fungicida común, lo que sugiere que las abejas cerca de los campos de maíz tratados con neonicotinoides y otros agroquímicos se enfrentan a mayores riesgos. En conjunto, los dos análisis muestran que "los impactos neonicotinoides en las especies de abejas incluyen complejas combinaciones de efectos letales, subletales e interactivos", resume Kerr.