MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
El gato doméstico supone un peligro para la fauna silvestre de la 'Red Natura 2000', según un estudio realizado por Fundación Artemisan en 2021, que destaca la abundante presencia de estos felinos en zonas con gran valor ecológico, con el consiguiente riesgo de predación y contagio de enfermedades debido, principalmente, a la tenencia irresponsable.
El estudio realizado por la entidad en Ciudad Real, donde tiene su sede, revela que los gatos domésticos en el medio natural son un problema con "graves" consecuencias, tanto por la gran cantidad de especies sobre las que depredan, como por su capacidad de transmitir enfermedades a humanos y otras especies.
Según Artemisan, su abundante presencia llega a suponer una amenaza para félidos silvestres como el gato montés o el lince ibérico.
Asimismo, la organización detalla que a través de censos realizados mediante transectos y cámaras de foto-trampeo en siete lugares de estudio de unas 500-600 hectáreas, se determinó una densidad media de 1,5 gatos por cada 100 hectáreas y que, en algunos casos, la presencia de estos aumentaba a 4 por cada 100 hectáreas.
Además, el informe señala que en esas mismas zonas se identificaron 31 especies de presas potenciales entre aves y mamíferos, en las que se incluyen aves protegidas y en peligro de extinción; y en dos lugares se confirmó la presencia de tres razas de gato: doméstico, montés y lince ibérico.
El estudio confirma así que los gatos son abundantes y están presentes en zonas de gran valor ecológico, además, se han detectado casos graves de gatos en libertad que campan en humedales y zonas esteparias en las que existen aves en peligros de extinción y sobre las que se encuentran en recuperación.
En el desarrollo del estudio, la Fundación confirma que se capturaron 15 gatos para hacer un primer análisis de detección de enfermedades. En este el 78 por ciento dio positivo a calcivirus felino, el 50 por ciento a herpesvirus felino-1 y el 36 por ciento a parvovirus felino, lo que señala que los gatos son portadores de enfermedades transmisibles a félidos silvestres.
Con respecto a la determinación de la dieta, el estudio comprobó, a través del análisis de ADN, que al menos un gato había ingerido conejo de monte y perdiz roja por lo que también suponen una amenaza para las especies de caza menor, ya que la mayoría de los lugares de estudio fueron cotos de caza.
Del mismo modo, se colocaron también collares de seguimiento GPS a cinco gatos para monitorizar sus movimientos durante todo el verano y parte del otoño, lo que dio como resultado una media de 2 kilómetros recorridos al día por los felinos, y en algunos casos incluso alcanzaban los 5 kilómetros al día, por territorios muy variables de un par de hectáreas para gatos en medios agrícolas a más de 150 para un gato capturado en un humedal.
Fundación Artemisan señala que en la mayoría de los lugares de estudio, la presencia de gatos en el medio natural se explica por una tenencia no responsable o por la existencia de colonias felinas, que son un grave riesgo para la fauna silvestre y que para la organización, "y a tenor de los resultados", deberían eliminarse.
Al respecto, la fundación ha recordado que alerta de una situación que contrasta "gravemente" con el anteproyecto de Ley de Derechos de los Animales, aprobado el 1 de agosto, que defiende una "desmesurada" protección de las colonias felinas contra la que ya se manifiestan científicos, expertos y asociaciones, entre las que se incluyen las ecologistas.
De este modo, la Fundación Artemisan insta a las administraciones a reflexionar sobre la gestión llevada a cabo, "encaminada a cronificar y agravar un problema evidente sobre el que cada día alertan más voces".
Igualmente aboga a implementar herramientas de control selectivo y efectivo en el medio natural y realizar campañas de concienciación para evitar el origen del problema, que es de "una tenencia irresponsable, de la que el gato doméstico también es víctima".
El estudio, ha contado con la financiación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), dentro de las ayudas para el mantenimiento y mejora de la biodiversidad en acciones que repercutan en el estado de conservación de la Red Natura 2000.