MADRID 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
Greenpeace ha celebrado la decisión de la Comisión Europea --con el apoyo de los representantes de 23 países de la UE-- de restringir el uso del fipronil, un plaguicida tóxico para las abejas, aunque advierte de que "no será suficiente para permitir su recuperación", ya que "sólo una prohibición total a largo plazo puede ayudar a restaurar la salud de los polinizadores".
En la evaluación científica publicada en mayo por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) se concluyó que el fipronil, un plaguicida producido por la compañía química alemana BASF, plantea un "riesgo agudo elevado para las abejas cuando se utiliza como tratamiento de semillas de maíz", según recuerda la ONG.
Otros tres plaguicidas tóxicos para las abejas también han sido parcialmente prohibidos en la Unión Europea tras informes similares emitidos por la EFSA. Además, el examen de estas prohibiciones estaba en el orden del día del Consejo de Agricultura y Pesca de la UE que tuvo lugar este lunes.
En la UE, el fipronil está autorizado solamente en siete Estados miembro. La propuesta de la Comisión incluye excepciones de uso en diversos cultivos que se cosechan antes de la floración y también para su uso en invernaderos. Estas excepciones, y la naturaleza temporal de la prohibición, implican que el plaguicida "se mantendrá en los suelos y el medio ambiente".
El responsable de la campaña de Agricultura y Transgénicos de Greenpeace, Luís Ferreirim, ha afirmado que "la conclusión de la EFSA apunta la necesidad de una prohibición total de este plaguicida en aplicación del principio de precaución". "El fipronil ya está prohibido en muchos países de la UE, pero las abejas no conocen fronteras", ha apostillado.
En este sentido, insiste en que las abejas y otros polinizadores "juegan un papel crucial en la producción de alimentos", ya que "alrededor de un tercio de los cultivos alimentarios del mundo dependen directamente de la polinización natural de las abejas y otros animales".