MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las hembras de flamenco común presentan una coloración más intensa en el plumaje y una mejor condición corporal que los machos, un indicador del mayor éxito de reproducción en las hembras, según un estudio realizado por investigadores de la Estación Biológica de Doñana-CSIC y la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía.
Este estudio, publicado en la revista científica de SEO/BirdLife, 'Ardeola: International Journal of Ornithology', despeja dudas sobre la condición corporal del flamenco donde influye la coloración rosada del plumaje y la interacción de ambas variables con el sexo y el sitio de alimentación.
Los flamencos, por lo general, presentan diformismo sexual en el tamaño, siendo los machos mayores que las hembras pero, sin embargo, las hembras son más vistosas. Esto se debe a que las hembras tienen una mayor necesidad para señalizar la calidad individual. El investigador de la EBD-CSIC y autor principal del estudio, Juan A. Amat, explica que "ellas asumen dentro de la época de reproducción unos costes mayores que los machos, de forma que las hembras 'de baja calidad' podrían limitar severamente el éxito de la cría".
Y es que los flamencos, principalmente las hembras, pueden ausentarse entre seis y nueve días desde su sitio de cría viajando a humedales que difieren entre 120 y 400 kilómetros para encontrar alimento de calidad con el que alimentar a su cría.
Pero para poder realizar el viaje entre el sitio de cría y el de alimentación, deben estar en un "óptimo" estado físico y esto se sabe debido a la tonalidad rosa intensa que presentan los días previos a la puesta del huevo. De esta manera, según los investigadores, los machos que se emparejan con hembras más coloridas tendrían una mejor garantía de la cría exitosa de su pollo.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de la EBD-CSIC y de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca Sostenible, realizaron entre noviembre de 2003 y marzo de 2006, el estudio en dos humedales, Veta la Palma (Sevilla) y las marismas de Odiel (Huelva). A través de telescopios, observaron y registraron datos de la coloración del plumaje de los individuos de flamenco que, posteriormente, fueron analizados.
Con ello, los investigadores explican que, el color rosa de estos animales se debe a los carotenoides, unos pigmentos que los animales no pueden sintetizar y que sólo pueden obtener a través de la dieta. Esto se debe, tal y como explica el artículo, con una buena calidad ambiental de los hábitats donde se alimentan y con la capacidad de adquirir alimentos de calidad.
Amat detalla que, el pigmento "más frecuente" es el que se fija en las plumas y las patas, llamado "cantaxanteno". Además, añade que los flamencos, durante el periodo del cortejo, "se maquillan el plumaje utilizando pigmentos depositados en las secreciones uropigiales, que restregan sobre la superficie de las plumas", una suposición que ya confirmó el investigador en un artículo científico previo, publicado en 2011.
Con respecto al "singular" pico que les caracteriza, este responde a un diseño ergonómico, diseñado para lograr una alimentación eficiente, según el informe que también explica que, el flamenco, con su cabeza sumergida en el agua, utiliza su pico como un tamiz, llegando a filtrar a través del borde del pico, todo tipo de insectos, larvas o crustáceos, mientras que el agua es expulsada con la lengua.
CRIA DE LOS POLLOS
SEO/BirdLife recuerda que, a partir de febrero-abril, estas aves construyen sus nidos, muy próximos unos a otros, en islotes de humedales con aguas someras, que les mantienen a salvo de depredadores terrestres.
Generalmente hechos de barro, alcanzan un diámetro de entre 40 y 60 centímetros, e incluso pueden alcanzar hasta medio metro de altura, y un peso que puede superar los 50 kilos.
La hembra deposita en ellos un huevo, que es incubado por ambos progenitores durante unos 30 días. Pasados entre 7 y 10 días, los pollos abandonan el nido para agruparse en "guarderías", mientras que los progenitores se alejan de la colonia en busca de alimento. Transcurridos unos 70 días, estos ya están emplumados y al cabo de poco más de tres meses abandonan la colonia.
En España, la población reproductora varía según los años en función del nivel hídrico de los escasos humedales en donde cría, pero en años favorables se han llegado a estimar hasta 26.000 parejas reproductoras, mostrando una tendencia positiva desde la pasada década de los años setenta, según la ONG.