Continúan 105 incendios activos, 15 de ellos cerca de población
EUROPAPRESS
Actualizado: lunes, 16 octubre 2017 17:57

   MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Los incendios comienzan a ser "un problema de seguridad nacional", después de que desde el pasado jueves se registraron más de 200 incendios en Galicia y con cifras de un 96 por ciento de fuegos originados a consecuencia del hombre, según el secretario del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, Raúl de la Calle.

   Así, De la Calle ha lamentado que "no es nuevo" lo que sufre Galicia, Asturias o León porque los incendios se han producido con "una clara intencionalidad", ya que no considera aleatorio que se hayan producido de manera "simultánea" y, especialmente durante la noche, donde "más daño hacen", ya que los medios aéreos no pueden funcionar y cuando la dificultad de extinción "es tremenda".

   "Esto está pasando de ser un problema de protección civil a un problema de seguridad nacional como el terrorismo. Ha habido víctimas, heridos y numerosos daños", ha apostillado.

   A su juicio, es muy preocupante el hecho constatado de que el 96% de los incendios sean intencionados o por negligencias y casi la mitad de los grandes fuegos, los que superan las 500 hectáreas, que suponen un "verdadero drama ecológico, económico y social", tienen también detrás la mano del hombre.

   "Estamos ante una situación dramática, con numerosos incendios declarados en nivel 2 que están ocurriendo en zonas próximas a núcleos urbanos, con víctimas, heridos y numerosas pérdidas materiales, por no hablar de las infinitas situaciones de angustia y desasosiego", ha lamentado.

   A su juicio, lo que puede haber tras esta situación "tan dramática" es "terrorismo incendiario que nada ni nadie puede justificar una situación de emergencia total como esta".

   En cuanto a los posibles causantes de esta "desgracia" considera que es difícil que puedan coincidir "tantos pirómanos" sino que más bien parecen incendiarios, cuya motivación es la de provocar "dramatismo, delirio y un drama ecológico, económico y social".

   En este contexto, insta a una mayor sensibilización ambiental que haga ser conscientes de las "enormes pérdidas" que estos incendios conllevan y lograr que "todo el peso de la ley" sobre los autores para que estos delitos no queden impunes.

   También ha lamentado el estado actual de abandono del monte, que se agrava con los incendios, tras los cuales ve probable que se pierda "mucho suelo fértil", que las aguas se contaminen e incluso ha advertido de que ante la pérdida de suelo fértil y vegetación que fije el suelo, cuando llegue la lluvia se podrán incluso producir deslizamientos y corrimientos de tierra.

   Pese a la gravedad de estos hechos, opina que Galicia "no tiene un problema de desertificación actual", ya que es la primera comunidad autónoma en productividad potencial forestal --aunque ha apuntado que el precio de la madera quemada es más bajo--, pero sí hay un problema de pérdida de terreno forestal.

   A ese respecto, advierte de que el monte gallego va ganando matorrales como el tojo, que invade el terreno después de los incendios y, con ello, empeora aún más el estado de los montes, al tiempo que impide el paso del ganado y de las personas y dificulta las tareas de extinción en caso de fuego.

   De cara al futuro, ha valorado que lo primero es analizar lo ocurrido, conocer las causas reales, identificar a los posibles autores y a partir de ahí pensar qué se quiere poner en el monte en el futuro.

   Por otro lado, sobre las tareas de acometer, ha dicho que lo mejor, si es posible es apostar por la regeneración natural y, si fuera necesario, analizar las especies con que repoblar o reforestar un enclave.

   En ese sentido, no cree que haya especies que propicien o no los incendios, en relación sobre la capacidad incendiaria de los eucaliptos y "su debate". Finalmente, De la Calle no cree que una especie u otra sea significativa para los incendios ya que el 96 por ciento tienen un origen humano, sino que depende más del aprovechamiento, de los escasos ingresos que los pueblos obtienen del monte junto a la despoblación rural.

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