MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han hallado un nuevo enfoque a través de modelos matemáticos de simulación y análisis de redes de conexión que identifica las áreas clave para la mejora y la dispersión de las praderas de posidonia, que pese a los esfuerzos para su recuperación, siguen en regresión.
El estudio científico, que publica la revista científica 'Biological Conservation', avanza en la comprensión de cómo los frutos y semillas de Posidonia oceánica se dispersan en el mar y cómo la especie está interconectada en diferentes áreas del océano y esto, según concluyen los investigadores podría ser "clave" para definir las áreas de conservación y restauración de la especie.
Los investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB), el Sistema de Observación y Predicción Costero de las Illes Balears (ICTS SOCIB) y la Aarhus University de Dinamarca han desarrollado este estudio durante diez años.
En concreto, aplicaron modelos matemáticos de simulación y el análisis de redes de conexión que han permitido al equipo de investigación proponer un nuevo enfoque que aseguran que es más eficiente y mejora la comprensión sobre la dispersión y conexión de los distintos sectores de la posidonia en el archipiélago de las Islas Baleares.
El enfoque permite identificar áreas clave para la conservación y restauración de las praderas de posidonia, especialmente en el archipiélago, ya que el estudio logra identificar áreas donde se pueden recolectar grandes cantidades de frutos de Posidonia, que son las áreas de reclutamiento natural que podrían ayudar a la recuperación de las praderas marinas; las zonas que requieren intervención para facilitar la recolonización y los lugares que deben recibir prioridad, en caso de daño a las praderas marinas, para mantener la conectividad.
Según el CSIC este planteamiento podría guiar a los responsables en conservación a nivel regional a tomar decisiones "informadas" para proteger y restaurar estas praderas submarinas y contribuir así a garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas marinos, sobre todo para hábitats de interés comunitario como la posidonia oceánica en el Mar Mediterráneo.
El equipo recopiló información en las costas y bajo el agua durante más de diez años y en este tiempo, tanto en las observaciones oceánicas satelitales como in situ combinadas con modelos numéricos de alta resolución permitieron también mejorar de forma significativa la representación de las corrientes marinas.
La investigación principal se realizó durante un año de trabajo en el que los investigadores se enfocaron en la simulación en un superordenador de los procesos de dispersión de frutos y semillas de posidonia, así como en el análisis de las redes de conexiones entre diferentes praderas marinas.
Así, integrando modelos hidrodinámicos de alta resolución y biológicos, el equipo científico logró simular cómo los frutos y semillas de estas especies se desplazan en el mar debido a las corrientes y el movimiento del agua. Esto les permitió predecir dónde podrían llegar esas semillas y cómo se mueven en el océano.
Por otro lado, utilizaron un tipo especial de matemáticas, la topología, para ver cómo diferentes lugares en las costas baleares están conectados entre sí, y esto ayudó a descubrir cuáles son las zonas más importantes y cómo ayudar a protegerlas.
Los investigadores recuerdan que las praderas de Posidonia oceánica son "cruciales" para la biodiversidad, la distribución de especies y la recuperación de los ecosistemas marinos. A pesar de la existencia de políticas de protección, en los últimos años se ha observado un declive continuo de las praderas de estos pastos marinos debido mayoritariamente al impacto de las actividades humanas como el turismo.
Por ello, el estudio concluye que sus resultados permitirían una mejor conservación y restauración de las praderas marinas, una gestión más sostenible del turismo y la aplicación de estos métodos en otras regiones para proteger los ecosistemas marinos en todo el mundo.
La colaboración internacional y la investigación científica siguen siendo fundamentales para garantizar la supervivencia de estas praderas submarinas y la salud general de los ecosistemas marinos en el Mediterráneo.