MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las latas de bebida han reducido 102 gramos su peso desde su invención hace 85 años, cuando la primera salió al mercado con 115 gramos de peso. En este tiempo ha logrado adelgazar hasta los 13 gramos que pesa en la actualidad pese a que es capaz de soportar 90 kilos en su eje vertical y contener una presión interna mayor que la de un neumático de coche.
De este modo, la Asociación Latas de Bebidas defiende que la lata de bebida se ha convertido en un ejemplo de evolución constante y también en minimización en el uso de materiales. Según el Análisis de Ciclo de Vida realizado por Metal Packaging Europe solo en los últimos diez años la lata ha reducido su huella de carbono un 31 por ciento.
Los principales factores que han hecho posible todos estos cambios han sido la evolución en los procesos de fabricación del aluminio, la reducción en el peso de la lata y el aumento de su tasa de reciclado.
La entidad subraya también su capacidad de reciclado, ya que el 75 por ciento del aluminio producido por la humanidad a lo largo de su historia sigue en uso.
En el caso de España, se reciclan más de ocho de cada diez latas, esto supone que se ahorra el 95 por ciento de la energía necesaria para crear una nueva lata, es decir, con este ahorro de energía se puede mantener encendido una televisión durante tres horas.
"Estamos orgullosos de que los principios rectores de la Economía Circular estén grabados en el ADN de la lata y no sean una potencialidad por desarrollar sino una realidad contrastable", ha manifestado el director de la Asociación de Latas de Bebidas, Juan Ramón Meléndez.
La asociación resalta que tan solo se tarda 60 días en que una lata vuelva a tus manos en forma de nueva lata u otro producto metálico, siempre y cuando se deposite en el contenedor amarillo.