MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha acordado con las confederaciones hidrográficas mantener una estrecha coordinación ante los escenarios posibles en este año hidrológico (que comenzó el 1 de octubre) en el actual contexto de sequía e intensificarán la comunicación con usuarios a través de las demarcaciones y según la Ley de Aguas.
Así se ha recomendado en una reunión mantenida entre la ministra Isabel García Tejerina y los presidentes de las distintas confederaciones hidrográficas para que los usuarios puedan tomar las decisiones más adecuadas respecto al uso del agua con la máxima transparencia y una planificación realista.
En la reunión se ha destacado la importancia de colaborar de forma estrecha con las administraciones autonómicas y locales para que las que tengan competencias en el abastecimiento elaboren los planes de emergencia y adecúen los ya existentes al contexto actual de sequía.
Se trata, en definitiva, de asegurar la coherencia en la definición de las medidas de prevención y gestión de sequías, que corresponden a las distintas administraciones públicas.
En el encuentro se ha hecho balance de las actuaciones realizadas desde 2015, como las obras de emergencia en las cuencas del Júcar y segura, que han supuesto 83 millones de euros en inversiones y se han movilizado 350 hectómetros cúbicos de agua adicionales.
La reunión se produce después de un mes de octubre en el que las precipitaciones acumuladas han sido de 25,6 litros por metro cuadrado, lo que representa un 66,3 por ciento menos que su valor normal y después del año hidrológico 2016-2017 que terminó con un déficit de precipitaciones del 14 por ciento respecto al valor normal que corresponde a este periodo.
Igualmente, se ha indicado que se mantendrá el seguimiento de los indicadores de los planes de sequía y se pondrá en marcha la batería de medidas que permiten estos planes y los Reales Decretos de Sequía, vigentes en el Júcar, Segura y Duero.
En estas acciones se incluirá la puesta en explotación de los pozos de sequía; o un uso más eficiente del agua desalada (mejorando la regulación de los canales, prolongando conexiones existentes, o ampliando la capacidad de transporte).