MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Nuclenor, el titular de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), estudiará "todos los aspectos" del informe emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tras analizar de forma "exhaustiva" la situación y condiciones técnicas de la planta "durante casi tres años".
Así, fuentes de Nuclenor han señalado a Europa Press que la empresa (de Iberdrola y Endesa al 50 por ciento) "valora positivamente" la finalización del informe presentado este miércoles por el regulador nuclear.
Además, destacan que esta inspección y evaluación de las condiciones de técnicas de la central que se ha prolongado durante casi tres años ha sido "exhaustiva". Por ello, a partir de ahora, el titular analizará "todos los aspectos del informe" así como el resto de "condiciones de contorno aplicables" para decidir sobre el futuro de la instalación.
Este miércoles el CSN ha aprobado, por cuatro votos a favor y uno en contra, un dictamen que es favorable a la solicitud planteada por Nuclenor para renovar la autorización de explotación de Garoña hasta 2031, es decir, cuando la planta llegue a los 60 años de actividad. El informe es favorable pero está condicionado a diez importantes modificaciones en su diseño así como al cumplimiento de una quincena de instrucciones técnicas que deberá acometer antes de volver a cargar combustible y de operar, en el caso de que el Ejecutivo de su permiso.
Este miércoles en rueda de prensa, el director técnico de Seguridad Nuclear, Antonio Munuera, ha indicado que Nuclenor habría estimado el tiempo para hacer todas estas "obras" en al menos un año. Hace semanas, Nuclenor apuntó a Europa Press que la previsión inicial estimada de las modificaciones ascendía a al menos unos 150 millones de euros.
La central nuclear de Santa María de Garoña, la más longeva de España, ha operado 42 años, desde 1971 hasta diciembre de 2012 cuando por motivos económicos a raíz de la aprobación de un nuevo impuesto al combustible nuclear por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Esta novedad llevó a Nuclenor a desacoplar de la red el reactor, dejar de producir electricidad y extraer el combustible del reactor, casi siete meses antes de que expirase su licencia de explotación, que vencía en julio de 2013.