El PACMA entrega al Gobierno 33.000 firmas de holandeses que quieren que España prohiba la caza con galgo

   MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA) ha entregado este martes en el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente 33.000 firmas holandesas que piden al Gobierno de España que prohíba la caza con galgo, para evitar el abandono y las matanzas "masivas" de estos canes.

   La portavoz del PACMA, Laura Duarte, ha explicado a Europa Press que las firmas habían sido recogidas por el partido animalista holandés contra la caza con galgo en España, que es el "único país de la UE donde se practica esta modalidad".

   Según Duarte, ahí está el origen de los miles de galgos muertos al final de cada temporada de caza en España cada año. Además, ha destacado que el PACMA, con esta entrega de firmas que no se corresponden con una iniciativa legislativa popular, pretende "hacer presión" al Ministerio y al Gobierno porque esta cuestión "también preocupa fuera de España".

   Precisamente, sobre el origen holandés, ha indicado que este país europeo es "el que adopta un mayor número de galgos abandonados españoles" y ha denunciado las "matanzas masivas" de estos canes cada año. "Holanda hace el trabajo sucio de adoptar los animales que aquí se abandonan", ha valorado.

   Según cálculos del PACMA, en España se abandonan más de 50.000 galgos cada año al finalizar la temporada de caza, una cifra que no se corresponde con los datos facilitados en 2016 por el SEPRONA a Europa Press, que apuntan un total de 83 galgos ahorcados, abandonados, maltratados, desnutridos o tiroteados.

   El PACMA señala que en España "cientos de protectoras" los rescatan y les dan una segunda oportunidad que la mayoría encuentra en el extranjero, especialmente en el norte de Europa y en particular en Holanda.

   Duarte recuerda que el partido lleva años denunciando la "terrible lacra" del abandono y el maltrato de los galgos por parte de los cazadores, que cuelgan a los galgos en árboles, los matan de un tiro, los arrojan a un pozo, los despeñan por un barranco o, en el mejor de los casos, los abandonan a su suerte.