MADRID, 24 OCT. (EDIZIONES) -
El incendio de Gran Canaria ha arrasado unas 10.000 hectáreas de superficie forestal, una superficie a la que hay que sumar las 57.697 hectáreas de superficie quemadas en lo que va de año hasta el 11 de agosto. Este último dato supone más del triple (3,2 veces) que en el mismo periodo de 2018 y que sitúan ya a 2019 como el quinto peor año del decenio en cuanto a incendios forestales.
Los expertos aseguran que no hay una fórmula exacta para recuperar los bosques incendiados y que cada situación necesita medidas específicas, pero existen una serie de sencillas actuaciones que cualquier persona puede emprender para contribuir a la reforestación forestal.
1. NO PISES LAS ZONAS AFECTADAS
Después de un incendio, lo más urgente es proteger el suelo y aminorar su erosión. Por eso, las instituciones públicas, los bomberos y las organizaciones ecologistas advierten que no se debe pisar las zonas incendiadas ni circular con vehículos motorizados hasta recibir autorización.
2. LIMPIA EL TERRENO QUEMADO
Retirar la madera quemada es una fase fundamental del proceso de recuperación del bosque, puesto que la vegetación dañada puede pudrirse y atraer a plagas de insectos que afectarían muy negativamente a la zona.
Sin embargo, el Centro de Investigación sobre la Desertificación explica que no todos los restos calcinados deben ser retirados, ya que en muchos casos los arbustos y ramas muertas pueden servir de ayuda para proteger el terreno y la fauna del lugar. Para determinar cuáles de estos restos naturales pueden ser útiles, es necesario el asesoramiento de especialistas en ingeniería forestal.
3. SIGUE LA PLANIFICACIÓN DE LAS AUTORIDADES
Reforestar las zonas calcinadas no es una labor inmediata, sino que requiere "establecer calendarios realistas y planificar los requisitos financieros", de acuerdo a la FAO. Tras la primera fase de limpieza del bosque, los expertos recomiendan dejar pasar varios años antes de iniciar cualquier tarea de repoblación para que el suelo recupere su fertilidad.
Según la última actualización de la Ley de Montes, esta competencia corresponde a los gobiernos autonómicos, que deciden qué medidas llevar a cabo para repoblar el bosque y en qué plazos, atendiendo a la naturaleza del incendio y a las características del terreno.
4. APRENDE A SEMBRAR SIN PERJUDICAR AL BOSQUE
La siembra de semillas por parte de personas inexpertas puede ser contraproducente para la reforestación. Y es que los métodos tradicionales de siembra son poco efectivos para la recuperación del bosque, ya que tras un incendio el suelo no absorbe el agua de lluvia y, por lo tanto, arrastra las semillas.
Una alternativa viable puede ser el 'mulching' o acolchado, técnica que utiliza materiales como paja o serrín para crear una capa protectora que absorbe parte del agua que llega al suelo y evita que ésta se deslice sobre el terreno.
5. AYUDA A RECUPERAR LA ESTRUCTURA FORESTAL
Durante el período de reforestación se puede aprovechar para recuperar cortafuegos, caminos y puestos de vigilancia forestal, adelantando así la estructura del bosque que surgirá sobre las cenizas y contribuyendo a evitar nuevos incendios.
Igualmente importante es realizar un seguimiento continuo de los espacios rehabilitados y llevar a cabo actividades de mantenimiento para garantizar la sostenibilidad de la futura estructura del bosque siguiendo las indicaciones de los profesionales encargados de custodiar los espacios naturales.