Acaba el año de la DANA, marcado por episodios de lluvias intensas y localizadas y récords por altas temperaturas

Archivo - Un bombero realiza labores de limpieza en una calle cubierta de barro, a 28 de noviembre de 2024, en Paiporta, Valencia (Comunidad Valenciana).
Archivo - Un bombero realiza labores de limpieza en una calle cubierta de barro, a 28 de noviembre de 2024, en Paiporta, Valencia (Comunidad Valenciana). - Rober Solsona - Europa Press - Archivo
Publicado: lunes, 30 diciembre 2024 11:01

   Este año ha sido el segundo con menos incendios de la última década

   MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -

   El año climatológico en España ha estado marcado por la DANA que afectó principalmente a Valencia, donde dejó más de 200 víctimas mortales. Los episodios de lluvias concentrados en pocos días y en zonas concretas han sido la tónica general de 2024, que ha ido rompiendo varios récords por altas temperaturas.

   Las precipitaciones del 29 de octubre de 2024 fueron entre muy fuertes y torrenciales, además de persistentes, según AEMET. En doce horas en estaciones de las provincias de Málaga, Granada, Murcia, Albacete, Cuenca y Valencia hubo acumulados superiores a 100 litros por metro cuadrado (l/m2). De hecho, en Turís (Valencia), se llegó a los 720 l/m2 en doce horas y a las 772 l/m2 en 24.

   En total, la DANA impactó en 78 municipios, según el Gobierno. La provincia de Valencia fue la más afectada, con 75 de ellos. Otros dos se encuentran en Castilla-La Mancha y el tercero se haya en Andalucía. Valencia fue también la provincia que registró más víctimas mortales, con 223 del total. Castilla-La Mancha tuvo siete y Andalucía, uno.

   Este fenómeno extremo ha marcado la actualidad política del país durante los últimos meses del año (el Congreso convalidó a mediados de diciembre el tercer decreto ley de ayudas a los afectados), pero también la climatológica. Por ejemplo, el nivel del embalse del Júcar que atraviesa, entre otras provincias, Valencia, ha aumentado el nivel de agua almacenada en varios puntos desde este suceso; y la media de lluvias acumuladas desde el inicio del año hidrológico el 1 de octubre ha estado varias semanas muy por encima de su valor habitual para esta época.

   A pesar de la DANA, el otoño no fue una estación de récord: se trató del vigésimo otoño más húmedo desde el comienzo de la serie en 1961 y el séptimo del siglo XXI. Y es que tras un septiembre más lluvioso de lo normal y el octubre con más precipitaciones desde que hay registros, noviembre fue el segundo noviembre más seco del siglo XXI, tan solo por detrás de 2004.

LAS LLUVIAS ESTUVIERON TODO EL AÑO REPARTIDAS DE MANERA DESIGUAL

   A lo largo del 2024, las lluvias han estado repartidas de manera muy desigual tanto desde un punto de visto cronológico como geográfico. De esta manera, al igual que otoño tuvo un octubre extraordinariamente húmedo en especial por la DANA en Valencia, primavera tuvo un marzo muy lluvioso por la borrasca 'Nelson', que dejó una Semana Santa pasada por agua en varias zonas de España.

   De hecho, marzo se alzó como el cuarto marzo más lluvioso del siglo XXI, con el doble de lluvias de lo normal. En cambio, abril fue el cuarto más seco del siglo actual, con precipitaciones que solo alcanzaron la mitad de los valores habituales; y mayo también fue seco, con lluvias que llegaron tan sólo a dos terceras partes de la media en la mayor parte del país. Por ello, la primavera fue en su conjunto normal en cuanto a precipitaciones.

   Por zonas, la estación fue extremadamente húmeda en Galicia, provincia de Girona, gran parte de Andalucía y puntos de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Pirineos. Sin embargo, fue seca a muy seca en la mayor parte de la Comunidad Valenciana, y llegó a ser extremadamente seca en la provincia de Alicante. A su vez, también fue seca en la Región de Murcia y Almería, mientras que en los archipiélagos tuvo un carácter normal.

   Estas desigualdades también se produjeron en verano. Según señaló AEMET en su momento, junio fue muy húmedo; julio, muy seco; y agosto, húmedo. De nuevo, destacan episodios de lluvias intensas, como los 80 l/m2 que cayeron en el aeropuerto de Palma el 11 de junio, el registro más elevado en 24 horas en verano de toda la serie; o la DANA de mediados de agosto que dejó más de 200 l/m2 en Menorca e inundaciones. Por lo demás, el verano fue muy lluvioso en zonas del centro de la Península e interior del Levante, mientras que en Galicia, Andalucía y Canarias fue muy seco.

2024, EL SEGUNDO AÑO CON MENOS HECTÁREAS CALCINADAS

   El fuego ha quemado un total de 47.319 hectáreas (ha) hasta el 30 de noviembre, un 45,5% menos que en 2023 --cuando ardieron 86.689 ha-- y un 52,5% menos que la media de los últimos diez años, en los que han ardido un promedio de 99.473 ha hasta ese punto del año, según los datos más recientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) recogidos por Europa Press.

   Estas cifras sitúan a 2024 como el segundo año con menos hectáreas calcinadas hasta el momento de la última década, sólo superado por 2014, cuando se quemaron 24.493 ha. Por zonas, los datos concluyen con que el 33,29% de los siniestros han tenido lugar en el noroeste; el 28,62% en el Mediterráneo; el 37,29% en las comunidades interiores; y el 0,79% en Canarias.

   Del total de 5.953 incendios que se han declarado, un total de 1.702 se han quedado en conatos, es decir, han afectado a menos de una hectárea. Por el contrario, 17 han pasado a ser grandes incendios forestales (GEI) tras quemar más de 500. Por ejemplo, el que hubo en La Estrella (Toledo) en agosto consumió más de 2.500 ha y para su extinción se requirió la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

   Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea (UE), lleva advirtiendo todo el año de que 2024 va a ser el año más cálido desde que hay registros y de que, a su vez, también se va a constituir como el primero en el que se van a superar el 1,5ºC de calentamiento global.

   En España, AEMET ha avisado de que todas las estaciones han sido más cálidas de lo habitual y, de hecho, ha informado de varios récords de temperatura. De esta manera, ha detallado que la primavera fue cálida en el conjunto de España, con una temperatura de 13,1ºC, que supuso 0,7ºC más que el promedio del período de referencia 1991-2020. En concreto, se trató de la octava primavera más cálida del siglo actual y décima desde el inicio de la serie en 1961. En este aspecto, el organismo estatal puntualizó que ocho de las diez primaveras más cálidas se han registrado desde 2006.

   Asimismo, el verano fue muy cálido, con un valor térmico medio de 23,1°C en la España peninsular, 1,0°C por encima de la media de esta estación teniendo en cuenta el periodo de referencia 1991-2020. De acuerdo con AEMET, fue el sexto verano más cálido desde el comienzo de la serie en 1961, y también el sexto más cálido del siglo XXI. De los diez veranos más cálidos de la serie, nueve pertenecen al siglo XXI.

   A su vez, el otoño fue muy cálido, con una temperatura media en la España peninsular de 15,5°C, valor 1,1°C por encima de la media de esta estación según el periodo de referencia 1991-2020. Así, fue el séptimo otoño más cálido desde el comienzo de la serie en 1961, y el sexto más cálido del siglo XXI.

   Al margen de los fenómenos climatológicos extremos, el año comenzó con otra polémica relacionada con el medioambiente: el vertido de pélets, que se produjo en diciembre de 2023, pero cuya limpieza se extendió durante semanas.

   A principios de marzo, la vicepresidenta segunda de la Xunta y conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, anunció que el Gobierno gallego recurririría a los tribunales para exigir al Ejecutivo central que reclamara ante la armadora del carguero Toconao los 2,3 millones de euros que costó la limpieza de los pélets a las arcas gallegas.

   Como balance a esos algo más de dos meses de gestión de la crisis de los pélets, detalló que los efectivos de la Xunta actuaron en 633 playas y recogieron 3.650 kilos de pélets, que se sumaron a los 1.384 kilos de pélets recuperados por los municipios y los voluntarios. En total, fueron algo más de cinco toneladas de este producto, lo que supuso 201 sacos, de las algo más de 26 toneladas que vertió a las aguas el Toconao.

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