MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Los accidentes de tráfico se incrementan en España pero hay menos víctimas mortales, si bien entre estas aumentan los denominados "usuarios vulnerables", motoristas, ciclistas o peatones, según un análisis impulsado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Gaspar Casal sobre la siniestralidad vial entre 2008 y 2019.
En este período se han producido más de 1,1 millones de accidentes de tráfico con víctimas leves, graves y mortales, de los que el 40,5% se ha producido en vías interurbanas y el 59,5% en vías urbanas, destaca el informe realizado por el Grupo de Trabajo de Economía de la Salud de la Universidad de Murcia y que se ha presentado este martes, 5 de abril.
En el conjunto del período se presenta un crecimiento del volumen de accidentes con víctimas de cualquier gravedad que se acentúa desde 2012, ya que desde entonces, excepto por una excepción en 2017, no ha dejado de aumentar acumulando un 25,2% de incremento hasta 2019.
Esta subida podría deberse a la recuperación económica que se produjo en el señalado año, cuando se aceleró la ampliación del parque automovilístico, ha incidido el director general de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin, en declaraciones recogidas por Europa Press.
No obstante, ha subrayado el cambio de composición en las víctimas ya que se retrocede en las graves y se avanza a las leves. En concreto, la tasa de letalidad se reduce en un 50% entre 2008 y 2019, mientras la tasa de víctimas no mortales hospitalizadas desciende un 47%, según el informe.
En este contexto, destaca que el número total de fallecidos en accidentes de tráfico disminuyó en el período marcado un 43%, si bien la totalidad de esta reducción se concentró entre 2008 y 2013 --la cifra se encuentra en caída en los últimos dos años analizados--.
Durante el período, la cifra de fallecidos atendiendo al vehículo en el que viajaban ha experimentado un cambio importante, ya que por un lado se redujo del 48% al 37% el total del peso de los muertos en turismos, mientras se incrementó la participación de peatones y motociclistas, que pasaron del 16% ambos en 2008 al 22% y 24%, respectivamente, en 2019.
En este sentido, Cooklin ha advertido de que en 2019, por primera vez en la historia, cerca de la mitad de los fallecidos en los accidente fueron estos "usuarios vulnerables". Asimismo, ha destacado la adversa evolución de los fallecidos en motocicleta con un incremento relativo de más del 45% entre 2014 y 2019.
De esta manera, ha calificado como "revelador" el informe ya que el período analizado ofrece una instantánea de la influencia de la regulación vial, las medidas de seguridad pasiva y el cambio de hábitos en la ciudadanía, pues a los determinantes tradicionales de accidentes --velocidad o conducción bajo los efectos del alcohol-- se suman las distracciones con los teléfonos móviles y las nuevas formas de movilidad sostenible.
FALLECIDOS POR TIPOS DE VÍA Y PERFIL
Esto repercutió también en el crecimiento de la siniestralidad en las ciudades, donde es más común cruzarse con usuarios de la nueva movilidad. Y es que, los accidentes en vías urbanas no dejaron de aumentar desde 2008 y el crecimiento acumulado hasta 2019 fue del 35,5%. Mientras, el número de accidentes en vías interurbanas muestra una pauta de reducción sostenida, con una caída acumulada en el periodo del 14,8%.
Esto también conllevó cambios en la mortalidad, ya que la proporción de víctimas mortales en vías urbanas creció. No obstante, en el conjunto del período tres de cada cuatro muertes se produjeron en vías interurbanas, según el análisis.
Por sexo, tres de cada cuatro fallecidos en accidentes de tráfico entre 2008 y 2019 fueron hombres (casi un 76% del total), siendo la tasa de mortalidad masculina significativamente más alta que la femenina, una tendencia que se presentó, además, en todas las comunidades autónomas analizadas por el informe.
En cuanto a la edad, Cooklin ha ahondado en el giro que se ha dado hacia víctimas mortales de edades más avanzadas. Según el informe, en 2008 el 42% de los fallecidos tenían entre 15 y 34 años, un porcentaje que se redujo en 2019 hasta el 25,5%.
"Antes la primera causa de muerte de los jóvenes eran los accidentes de tráfico, ahora es el suicidio", ha aseverado el director de Fundación Mutua Madrileña.
El informe alerta, por otro lado, del aumento de los mayores de 85 años fallecidos en accidentes de tráfico en el período analizado. Excepto para este grupo, las tasas de mortalidad por edad se redujeron.
En cuanto a las víctimas no fatales, el informe coincide en lo esencial con lo expuesto para las mortales, con particularidades como el desplazamiento del número de víctimas hacia siniestros en vías urbanas, así como la reducción del peso relativo de los hospitalizados por accidentes de turismos, con un incremento de los siniestros entre peatones y motociclistas.
En este apartado, el estudio destaca una evolución favorable entre 2010 y 2019 del número de heridos graves u hospitalizados ya que descendió a una tasa interanual del 4% de manera ininterrumpida. Sin embargo, la cifra de heridos totales --incluyendo los no hospitalizados-- no dejó de aumentar en el período de estudio, advierte el informe, que los heridos leves fueron el 93% de las víctimas en el año 2019.
CCAA E IMPACTO SOCIOECONÓMICO
Por comunidades autónomas, la Comunidad de Madrid, Cataluña y País Vasco presentaron un menor riesgo de muerte por accidente de tráfico por habitante, mientras las tasas más elevadas se registraron en Galicia, La Rioja, Castilla y León, Extremadura y Murcia, Castilla-La Mancha y Navarra --con la peor tasa--. En general, la tasa de letalidad se redujo, en mayor o menor magnitud, en todas las comunidades.
En cuanto al conjunto de accidentes con víctimas --tanto mortales como no fatales--, entre 2008 y 2019 el 60% se concentró en Cataluña (26,7%), Madrid (16%) y Andalucía (15,6). No obstante, estas mismas comunidades fueron las únicas que para 2019 se situaban por debajo de la media nacional de la tasa de mortalidad, que pasó del 17,7% en 2008 al 8,3% en 2019.
Por último, la investigación incluye un apartado que ahonda en el impacto socioeconómico de la siniestralidad vial en España. Al respecto, uno de los autores, José María Abellán, ha avisado en la presentación de que los costes sociales de los accidentes en este período representaron más de 66.000 millones de euros --34.000 millones por accidentes de víctimas mortales y 32.000 millones por accidentes con fallecidos--. Esto supone el 0,5% del PIB.
Por otro lado, España perdió 875.000 años de vida potenciales a consecuencia de los accidentes de tráfico con resultado de muerte entre 2008 y 2019, 1,6 años por cada 1.000 habitantes. Abellán ha apuntado que esta cifra se concentró entre los residentes de Andalucía, Cataluña, Comunidad Valencia y Galicia --con mayoría de hombres--.
Ante los resultados del informe, los representantes de Fundación Mutua Madrileña y Fundación Casal, así como los autores, han pedido poner la "vista en el futuro" y tener en cuenta la tendencia hacia los nuevos sistemas de movilidad, que requieren de "normas superiores", como podría ser el caso de los patinetes cuya normativa depende de los ayuntamientos.
Asimismo, han abogado por continuar con medidas como el endurecimiento de las sanciones y la concienciación, pero han llamado a impulsar un diseño urbano "favorable" a la movilidad, con carriles segregados, por ejemplo, para bicicletas y patinetes.