MADRID, 4 NOV. (EDIZIONES) -
En un artículo anterior de europapress.es aprovechamos el registro interactivo que ofrece el Instituto Nacional de Estadística para recopilar las historias más llamativas que guardan algunos apellidos españoles.
En esta ocasión, hemos recurrido a estudios elaborados por historiadores y expertos genealogistas para completar la lista de los apellidos más curiosos de España atendiendo a las sugerencias de los lectores.
AMADO (EN EL MÁS ESTRICTO SENTIDO DE LA PALABRA)
El origen de los apellidos Amado y Amador se remonta, según Juan Antonio de Hoces Sarmiento, cronista del Rey Felipe V, a uno de los caballeros godos que se refugiaron en las montañas de Jaca durante la conquista musulmana de la península.
Aquellos hombres se reunieron en San Juan de la Peña y designaron a Garci Ximénez como caudillo para que les guiara en su lucha contra los sarracenos. Éste depositó su confianza en un caballero llamado don Álvaro, y fue tal el cariño que le profesó, que el sobrenombre de "amado" se transmitió a sus descendientes.
LÓPEZ Y VELÁZQUEZ, DE ORIGEN ANIMAL
En el siglo XII, eran muy frecuentes apellidos como Lupus, Lop, Lope y Lup, del latín lobo, según recoge el diccionario heráldico y genealógico de apellidos españoles. Progresivamente, ganó presencia la forma Lope, que evolucionaría hasta convertirse en el apellido definitivo López.
El apellido Velázquez también es considerado zoontropónimo. Según el historiador Menéndez Pidal, hay que buscar su origen en la palabra Vela o Velas --cuervo en dialectos ibéricos prerromanos--. A esta forma primitiva del apellido se le añadiría el sufijo godo "icus", que evolucionaría hasta su forma actual.
UN CARGO DE NOBLEZA NO SIGNIFICA LO QUE PARECE
Apellidarse Duque, Conde, Marqués, o Rey no es sinónimo de tener un antepasado de alta alcurnia. Muy al contrario, se apodaba así a quienes eran arrogantes, altivos, excesivamente refinados o guardaban algún parecido físico con una personalidad de la época. Tampoco es cierto que la preposición "de" antepuesta al apellido indique antigua hidalguía.
Otro de los mitos más extendidos es la creencia de que cada apellido lleva asociado un escudo de armas. Sin embargo, no todos los apellidos tienen origen nobiliario. Además, un escudo de armas no corresponde a un apellido, sino a un linaje, de modo que un mismo apellido podría tener varios escudos de armas, tal y como aclara el historiador García Carraffa en su diccionario heráldico.
ALGUNOS APELLIDOS CONDUCEN A ROMA
Las personas apellidadas Acosta pueden presumir de un linaje de posible origen romano, según la enciclopedia heráldica y genealógica hispanoamericana. En cualquier caso, la procedencia de este patronímico no está probada y otras teorías apuntan que procede de Portugal o que su origen se relaciona con un rey godo llamado Acoista.
Por otra parte, algunos genealogistas creen que el apellido Romero podría haberse aplicado a las personas que peregrinaban a Roma durante el medievo. Versiones alternativas sostienen que los habitantes del Imperio romano de Oriente habrían dado el sobrenombre de "romero" a los cruzados o peregrinos que se trasladaban a Tierra Santa desde el antiguo Imperio Romano de Occidente.
¿APELLIDOS SEFARDÍES QUE VALEN UNA NACIONALIDAD ESPAÑOLA?
Hace unos años, comenzó a circular por las redes sociales una lista de apellidos españoles de origen judío que supuestamente daban acceso a la nacionalidad española: Abad, Abadía, Abarca... y 3000 apellidos más hasta llegar a Zuzúñiga. El Ministerio de Justicia desmintió el bulo de inmediato.
Sí es cierto que el Congreso de los Diputados aprobó en 2015 una ley de concesión de la nacionalidad española a las personas sefardíes, presentada como reparación histórica a los judíos expulsados de España (Sefarad) hace más de 500 años; pero a sus descendientes no les basta con tener un apellido sefardita para ser considerados ciudadanos españoles, sino que deben demostrar su origen y mantener una vinculación clara con España.
Benmergui, Amar o Jalfon son algunos de los apellidos de origen sefardí que se han transmitido alrededor del mundo a través de generaciones. No obstante, portar uno de estos apellidos no significa necesariamente tener antepasados judíos, puesto que durante la Edad Media existía libertad absoluta para elegir el segundo nombre y no era extraño que muchos cristianos llevaran apellidos musulmanes o judíos y viceversa. Tampoco es cierto que todos aquellos apellidos españoles relacionados con oficios tengan origen judío.