PAMPLONA, 27 (EUROPA PRESS)
La acusación popular ejercida por el Ayuntamiento de Pamplona en el juicio por la supuesta violación grupal de los Sanfermines ha afirmado que "los hechos son palmarios, la situación no fue buscada por la víctima, que por supuesto se sintió intimidada, y nunca manifestó ningún tipo de consentimiento".
Víctor Sarasa, abogado del Ayuntamiento, ha señalado, durante la defensa de su informe de conclusiones en la vista oral del juicio, que la joven denunciante "no creía que entraba a lo que por desgracia sucedió en el portal" de la calle Paulino Caballero. "Hasta que estuvo allí ella no sabía a qué se enfrentaba", ha asegurado el representante de la acusación popular, que solicita 25 años y nueve meses de prisión para cada uno de los acusados.
En una exposición que se ha prolongado por espacio de tres cuartos de hora, el letrado del Ayuntamiento de Pamplona ha sostenido que "los vídeos y las imágenes son concluyentes y no hay el menor atisbo de voluntariedad por parte de ella", para señalar que el testimonio de la joven denunciante "es veraz y un relato siempre coincidente".
Sarasa ha señalado que los acusados buscaron el lugar "más recóndito" del portal de Paulino Caballero, una "auténtica ratonera", "un lugar que no era de tránsito, en el que cualquier llamada o grito por parte de la víctima no hubiera tenido respuesta".
A su juicio, los procesados, una vez dentro, se comportaron como "un mecanismo engrasado" y "empezaron la agresión de forma inmediata".
Ha considerado "fundamental" el testimonio de la chica, "que permitió identificar a los acusados en un tiempo récord", una declaración que ha tildado de "veraz" y "ella no tenía ninguna animadversión hacia ellos, no los conocía, y no perseguía motivos espurios". "Ella realiza siempre un relato coincidente", ha expuesto, para poner en valor que "no dudó en ningún momento en que se llamara a la Policía" tras los hechos.
Ha explicado que la llamada de la denunciante a un amigo a las 2,56 horas, poco antes de entrar al portal de la calle Paulino Caballero, demuestra el "poco interés" de la chica de quedarse con los acusados y ha afirmado además que "nunca llegó a producirse una conversación de tipo sexual" entre la joven y los acusados, "eso es una falacia de ellos".
En cuanto a las declaraciones de los acusados, Sarasa ha mostrado su "sorpresa" porque se produjera dos meses después a que ocurrieran los hechos, ya que "cuando uno no comete un delito lo primero que quiere es declarar y lo que no hace es callar". Por ello, ha manifestado sus "dudas" de estos testimonios, "sobre todo con el tiempo que hubo para prepararlo".
En su relato, el representante del Ayuntamiento ha considerado los vídeos grabados por los procesados como una "prueba palmaria" de los hechos. "Tenemos el informe pericial de los agentes de la Policía Foral que fueron exhaustivos en la obtención de datos" y que ha considerado "concluyente".
"Siempre está la joven con los ojos cerrados, en actitud pasiva, siempre dirigida, no se escucha ninguna voz femenina", ha expuesto la acusación popular, que ha añadido que sin embargo ellos mantenían una "actuación coordinada" y "solo se escuchan sus voces". "No hubo ninguna participación por parte de la víctima", ha comentado.
Para Sarasa, la joven denunciante reaccionó ante los hechos ocurrido como "pudo". "Y como pudo fue así, como consideró que era su mejor defensa y seguramente acertó: en actitud pasiva y que acabe cuanto antes", ha agregado, para añadir que los forenses consideraron que ésta es una de las actitudes ante este tipo de hechos.
CONTRA LA INTIMIDAD
Por otro lado, el abogado ha señalado que "por supuesto" que considera que la joven "se sintió intimidada" y ha recordado así que "eran cinco varones, de unos 30 años, en un lugar sin escapatoria, con imposibilidad total de escapar".
A su juicio, la chica "no supo en ningún momento que le grabaron" y "ella solo pensaba en que se acabara". "Sabía que cuanta más resistencia, peor. No cabía defensa de ningún tipo", ha aseverado, para señalar que "todos eran partícipes de las grabaciones y querían" y se dan "todos los requisitos para el delito contra la intimidad".
Y en cuanto al robo del móvil por parte de los acusados, el letrado ha señalado que "no sólo se hizo con el ánimo de apoderarse de él sino de poner a la víctima en una situación de absoluta indefensión". "Se aseguraban que la víctima no iba a hacer nada en mucho tiempo", ha expuesto.
Según ha continuado, "ellos conocían perfectamente qué se podía hacer y qué no y sabían que lo que hacían era un delito". "Los hechos merecen un castigo y no por venganza, sino por justicia", ha concluido.
Sobre la búsqueda de un hotel por parte de los procesados, que ellos dijeron que era para mantener relaciones con ella, el letrado ha indicado que, como se demostró después, no era con esa intención sino con la de "descansar", como también trataron de hacer tras los hechos, sobre las 4 horas, al preguntar si había sitio en dos hoteles de la capital navarra.