MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
El año 2016 ha sido el más cálido a nivel mundial desde que empezaron a realizarse registros, hace 137 años, según el XXVII Informe del Estado del Clima, que realiza la NOAA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
El informe confirma así el dato, ya adelantado en el mes de marzo por la Organización Meteorológica Mundial en su análisis del año 2016. El trabajo 'El Estado del Clima 2016' concluye que la mayoría de los indicadores de cambio climático siguieron la tendencia actual de calentamiento global, y muchos de ellos, incluidos la temperatura de la tierra y de los océanos, el nivel del mar y las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera "rompieron los récord alcanzados justo el año anterior", en 2015.
Así, el documento, publicado en un suplemento especial del Boletín de la Sociedad Meteorológica Americana, estima que el récord de calor del pasado año es resultado de una influencia combinada entre el calentamiento global a largo plazo con un fuerte fenómeno de El Niño de 2016. El chequeo anual del planeta que dirigen investigadores del Centro Nacional de Información Ambiental de la NOAA recoge las contribuciones de más de 450 científicos de casi 60 países.
Entre sus conclusiones, destaca que las emisiones de gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2016 y añade que dióxido de carbono, metano y el óxido de nitrógeno volvieron a crecer y alcanzaron nuevos récords. Por ejemplo, las emisiones globales de dióxido de carbono experimentaron el mayor crecimiento observado en los últimos 58 años.
La media anual mundial de concentraciones de dióxido de carbono sobrepasó el límite de las 400 partes por millón, hasta 402,9 partes por millón por primera vez desde que se realizan mediciones modernas en la atmósfera, lo que supone un nuevo récord.
Además, en varios países, incluidos México e India, se ha llegado a un récord de temperaturas máximas y se registraron otros datos muy cercanos a récord recientes. El informe recuerda una ola de calor de más de una semana que se registró a finales de abril en el norte y este de la península de India, con temperaturas que sobrepasaron los 44 grados centígrados y que contribuyeron a una crisis de agua para más de 330 millones de personas y provocaron la muerte a 300 personas.
En el Ártico, la superficie de la tierra fue 2 grados centígrados superior a la media del periodo de referencia 1981-2010 y rompió así los récord anteriores de 2007, 2011 y 2015 con 0,8ºC, lo que supone un incremento de 3,5ºC respecto a 1900. Esta subida de las temperaturas ha derivado en una menor extensión de hielo y que la capa de hielo sea más fina. En septiembre de 2016 el hielo del ártico llegó a mínimos y se situó en el segundo año más bajo nunca alcanzado, después de 2007, con un 33 por ciento menos que la media del periodo 1981-2010.
Así, la capa de hielo del Ártico se mantiene relativamente fina, y esto la hace más vulnerable a que continúe su derretimiento y la masa de hielo de Groenlandia, que tiene la capacidad de contribuir al aumento del nivel del mar en 7 metros, ha alcanzado un récord de mínimos.
A nivel global la temperatura del agua del mar en la superficie también fue récord, ya que ha sobrepasado en 0,01ºC la anterior efeméride, de 2015. El nivel del mar también ha superado el anterior récord por sexto año consecutivo.
En la misma línea, apunta que los glaciares alpinos siguieron en regresión en todo el mundo por trigesimoséptimo año consecutivo. A lo largo del hemisferio norte, la nieve que cubre cada mes de febrero a junio está entre los cuatro años menos extensa desde hace 47 años, según los datos de satélite.
En su análisis, la NOAA analiza de forma muy detallada las condiciones de temperatura del mar y de la tierra, la precipitación y los niveles de gases de efecto invernadero. En cuanto a Europa y España, refleja las altas presiones del oeste de la Península Ibérica y ha desplazado los centros de las bajas presiones mucho más al norte.
A consecuencia de esto, las temperaturas fueron superiores a las normales con anomalías de 1 a 2 grados centígrados en Europa Central y de hasta 4ºC de anomalía positiva en España. La NOAA destaca también la temperatura media del norte de Rusia que fue de +6 grados centígrados.
La Península Ibérica y algunas zonas de Francia sufrieron en 2016 sequía con una media de precipitaciones un 20 por ciento por debajo de la media habitual. Estas condiciones secas también se produjeron en Ucrania, Belarusia y especialmente en distintas áreas del sur del oeste de Rusia. En Escandinavia, los países bálticos y el noroeste de Rusia, han tenido, sin embargo, cantidades de precipitación un 170 por ciento por encima de lo normal. También se han registrado anomalías positivas de precipitaciones en Sicilia (Italia), Grecia y en zonas de Hungría y Rumanía.
El mes de diciembre de 2016 fue un mes especialmente seco, ya que apenas llovió el 20 por ciento de lo normal en Suiza e incluso menos en Francia, España, Italia, los Balcanes, Grecia y el oeste de Turquía frente a las precipitaciones superiores en un 250 por ciento en oriente medio.
ESPAÑA Y PORTUGAL
El informe dedica un apartado concreto a la Península Ibérica e indica que a pesar de que tuvo una primavera fría, la temperatura ha sido más cálida en 2016, con anomalías positivas de más de 2ºC en el centro de España, en la costa del Mediterráneo y en el noroeste, mientras que en Portugal el año no fue tan cálido, aunque con una anomalía de 1,2ºC.
La principal contribución a esta calidad se produjo durante los meses de verano, en julio y agosto. En primer lugar, el año llegó con un inverno cálido, 1,3ºC más de lo normal. La primavera fue una estación fría, con una anomalía de -0,5ºC al menos en la mitad oeste de la Península, ya que en la costa del Mediterráneo las temperaturas mantuvieron anomalías de +1ºC en las zonas costeras. De hecho, el estudio de la NOAA confirma que la primavera de 2016 fue una de las más frías en lo que va de siglo en España, por detrás de 2004 y 2013.
Con el principio del verano, el anticiclón de las Azores comenzó a extenderse hacia el noreste y generó un tiempo soleado que generó un rápido calentamiento en el centro de España, con temperaturas que superaron en 3ºC a las normales y se superaron los 40 grados centígrados en distintas estaciones, como en Sevilla, que llegó a 42,3ºC.
También Portugal experimentó anomalías extremas, especialmente en julio y agosto donde la mayoría del país tuvo valores de más de 3,5ºC sobre los habituales, de modo que el verano de 2016 ha sido en el país galo el segundo más cálido desde 1931.
La primera mitad de septiembre, según refleja el informe, fue "inusualmente cálida" con temperaturas récord de septiembre que llegaron a situarse en 45,7ºC en Montoro (Córdoba). 'El Estado del Clima 2016' únicamente señala como frío el mes de noviembre aunque en su conjunto, el otoño fue 1,8ºC más cálido de lo normal en España y 0,9ºC más caluroso en Portugal a pesar de que diciembre dejó una anomalía térmica de -2ºC en España.
En cuanto a las precipitaciones, el análisis expone que el total de precipitación en Portugal y España cerró en números cercanos a los normales con un pequeño déficit en la región de Barcelona. Las principales lluvias se acumularon en primavera y el resto del año se mantuvieron por debajo de los valores normales con un verano "extremadamente frío".
Finalmente, la NOAA destaca como eventos destacados en la Península Ibérica unas nevadas inusuales en Portugal a tan solo 300 metros sobre el nivel del mar; las cantidades elevadas e inusuales de precipitación en Mallorca del 5 al 9 de mayo, cuando se pasó de 120 litros por metro cuadrado acumulados en varios sitios o los incendios forestales de Portugal con una superficie afectada que no se daba desde 2006.