ROMA 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las calles adyacentes al Vaticano han amanecido este martes 28 de marzo llenas de cárteles en contra de las restricciones a las misas en latín, en un gesto que se enmarca en una protesta más amplia para evitar la abolición total de la liturgia tradicional.
"Lo que fue sagrado para las generaciones anteriores, sigue siendo sagrado y grande también para nosotros, y no puede ser prohibido de repente o incluso considerado perjudicial", reza uno de los muchos panfletos, citando una frase de Benedicto XVI, según ha informado el diario romano 'Il Messaggero'.
Los organizadores de esta iniciativa -de momento circunscrita a Roma- han señalado en su página web que pretenden sacar a la luz la creciente "hostilidad" por parte del actual Pontificado hacia la liturgia tradicional, que -a su juicio- no encuentra "justificación ni a nivel teológico ni pastoral".
"Las comunidades que celebran según el Misal de 1962 no son rebeldes contra la Iglesia. Al contrario, están bendecidas por un crecimiento constante de fieles y de vocaciones sacerdotales, constituyen un ejemplo de firme perseverancia en la fe y la unidad católicas, en un mundo cada vez más insensible al Evangelio y en un tejido eclesial que cede cada vez más a impulsos disgregadores", afirma el comité de promotores, que reúne a diversas realidades católicas (como los blogs Messainlatinoy Campari & de Maistre, y las asociaciones Coordinamento Nazionale del Summorum Pontificum y Associazione San Michele Arcangelo).
"Lo hacemos por amor al Papa, para que se abra paternalmente a la comprensión de esas periferias litúrgicas que desde hace algunos meses ya no se sienten acogidas en la Iglesia, porque encuentran en la liturgia tradicional la expresión plena y completa de toda la fe católica", agregan.
El temor de estas comunidades -que han denunciado que la actitud de rechazo al latín "no sólo es motivo de amargo dolor" para los pastores sino que entienden que "constituye una grave injusticia"- es que Francisco valide a través de un nuevo Motu Proprio la prohibición total del latín en la Iglesia. En otro cartel colocado cerca de la zona de Borgo Pio se lee "un silencio inoportuno deja en falsa condición a quien podría evitarlo".