MADRID 31 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, el cardenal Ricardo Blázquez, ha reconocido que la Iglesia no siempre ha reaccionado "debidamente" frente a los casos de abusos sexuales en su seno.
"Nos encontramos ante un libro que trata una realidad muy dolorosa, en relación con la cual, aunque se la desaprobara, ni en familia ni en la sociedad ni en la Iglesia, se ha reaccionado con frecuencia debidamente", ha afirmado el cardenal Blázquez este miércoles 31 de mayo durante la presentación en Madrid del libro 'Le perdono, padre' (Editorial Mensajero, del Grupo de Comunicación Loyola).
Además, Blázquez ha asegurado que quieren poner "los medios" para acompañar a las víctimas. "Queremos poner los medios, se trata de un campo en el que se requiere una persona que merezca la confianza y tenga la capacidad de prestar ayuda, es un campo delicado", ha precisado. También ha propuesto abrir la formación humana y cristiana de niños, jóvenes y de todos a este campo "tan sensible de sufrimiento".
Sobre el libro, el arzobispo ha asegurado que ha quedado "conmovido" por el perdón y también "por las heridas profundas que quedan en el agresor y en el agredido". Además, ha destacado que este libro es "un ejercicio de verdad" y ha puntualizado que "la verdad no es encubrimiento".
Asimismo, ha advertido de la doble vertiente del "secreto", ya que por un lado, "hay foros que exigen guardar silencio y reserva" y a las personas que les comunican una confidencia les deben "respeto y discreción". "Las confidencias no se airean ni se convierten en base de chantaje o extorsión", ha matizado. Si bien, ha añadido que el secreto también es "el arma del tirano".
SUFRIÓ ABUSOS 200 VECES
En el libro 'Le perdono, padre', el suizo Daniel Pittet cuenta que fue violado 200 veces durante cuatro años y que durante ese tiempo, en el fondo se sentía como si estuviese "muerto".
"En realidad yo estaba muerto durante esos cuatro años, de 1968 a 1972 mi vida no tenía ningún aliciente, en la escuela iba mal, había muerto mi abuela que es la que me crió, nadie de mi familia ni de mi entorno fue capaz de ver que estaba siendo violado tres veces por semana", ha asegurado en una entrevista con Europa Press.
En todo caso, ha subrayado que, aunque él fue violado decenas de veces, un solo abuso ya es inaceptable. "Es verdad que fui violado más de 200 veces durante cuatro años pero aunque fuera una sola vez ya es demasiado", ha remarcado.
Todo comenzó cuando en la catedral de Friburgo (Suiza), donde Pittet era monaguillo, entró un día un sacerdote capuchino, el padre Joël Allaz, para celebrar misa. Después se interesó por el pequeño y tras convencerle para acompañarle a su casa, abusó por primera vez de él. Desde entonces, las violaciones no se interrumpieron hasta cuatro años después, cuando su tía abuela, que se dio cuenta de que algo sucedía, le prohibió volver a visitar al sacerdote.
A pesar de los abusos de los que fue víctima en el seno de la Iglesia, Pittet nunca rechazó su fe y de alguna manera, siempre se sintió protegido por la Virgen María, además de encontrar apoyo en la propia Iglesia. El proceso de recuperación tras tales abusos fue "difícil" más desde el punto de vista psicológico que físico, asegura Pittet.
Si bien, lo que le hizo "revivir" completamente, según asegura, fue perdonar a su agresor. "Le perdoné cuando tenía 11 años porque comprendí que era una persona enferma", explica. Además, 47 años después volvió a verle a raíz de leer un testimonio de arrepentimiento del propio cura --que aparece recogido en el libro-- y el sentimiento que le produjo fue de "compasión".
TOLERANCIA CERO
Sobre las medidas y el discurso que el Vaticano ha adoptado ante los casos de abusos en la Iglesia, Pittet ha puesto de relieve que Benedicto XVI preparó el terreno y Francisco lo ha continuado con su mensaje de "tolerancia cero". En este sentido, recuerda que el Papa le dijo que "preferiría que hubiera solo un cura o dos antes de que haya curas pedófilos".
No obstante, considera que el problema radica en que en torno a un 60% de los obispos cree que hablar de estos casos "destruye a la Iglesia". De hecho, cuenta que incluso corrió un "rumor" tras la publicación de su libro según el cual el prólogo del Papa Francisco era "falso". "Hay obispos que piensan que hablar de ello perjudica a la Iglesia cuando es todo lo contrario. Si la Iglesia no saca a la luz estas cosas en 2017, la Iglesia va a caer", apunta.
Para Pittet, una forma de erradicar los casos de abusos en el seno de la Iglesia es "realizar una selección mucho más cuidadosa en los seminarios" porque, a su juicio, ante la falta de vocaciones en conventos y seminarios, "a veces se admite demasiado alegremente" a los candidatos. En todo caso, precisa que el 99% de los sacerdotes son "ejemplares".
Además, cree fundamental derribar el muro de silencio y, por ello, pide a los obispos que "no se bloqueen" si conocen algún caso de abusos, que no piensen que por hablar con el sacerdote que ha sido denunciado va a cambiar su conducta y que no lo oculten --por ejemplo, en su caso, su agresor siguió como párroco años después de haber denunciado Pittet--. "Los obispos tienen la obligación de denunciar ante la Justicia", ha subrayado.