ROMA 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
El cardenal de Hong Kong Joseph Zen, que recibió en enero un permiso judicial para salir del país y poder asistir al funeral de Benedicto XVI, ha revelado que lleva varios días recibiendo tratamiento hospitalario porque sufre dificultades respiratorias desde que viajó al Vaticano.
Zen, que fue uno de los 130 cardenales que concelebraron la misa solemne de funeral del Papa emérito, tenía retirado el pasaporte después de su detención en mayo por un delito de "colusión con fuerzas extranjeras" al no haber registrado a tiempo un fondo de defensa legal para ayudar a los manifestantes antigubernamentales de 2019.
El purpurado fue condenado en noviembre a una multa de 492 euros por instar a la comunidad internacional a imponer sanciones a Hong Kong, aunque la Justicia podría llegar a imponer cadena perpetua tras la aprobación en 2020 de la Ley de Seguridad Nacional.
Zen ha revelado en una entrada de blog titulada pCarta a los reclusos" subida a su página de Facebook que ya se había sentido indispuesto antes del viaje al Vaticano, mostrando síntomas de inflamación en el hombro, dolor de espalda y entumecimiento en ambas manos.
"El [viaje] de cuatro días ha sido alegre, pero también doloroso. Inesperadamente, mi estado de salud siguió empeorando y se me hincharon las manos --ha asegurado--. En la noche del primer día del Año Nuevo Lunar, empecé a tener dificultades para respirar".
El purpurado explica que sus condiciones de salud empeoraron el 22 de enero lo que le recordó la bacteria que atacó sus pulmones en 2016, que le llevó a una estancia de tres semanas en el hospital.
"Empecé a ponerme nervioso y decidí ir al hospital. Por suerte, en la inspección comprobaron que no se trataba de la bacteria que me atacó hace seis años", ha explicado.
"No han tenido noticias mías porque he estado ingresado en el hospital. Tengan la seguridad de que los mejores médicos de Hong Kong se están ocupando de mí. Pero no sé cuándo podré ir a visitarte", ha escrito Zen, que lleva más de 10 años dedicado al ministerio de prisiones en Hong Kong.
El cardenal asiático describió su asistencia al funeral de Benedicto XVI como un "milagro" porque el tribunal le permitió recuperar su pasaporte y había un vuelo que podía coger para llegar a tiempo al funeral. "Viajando hasta Roma, sentí que expresaba nuestro respeto y amor al Papa Benedicto XVI en nombre de todos los creyentes de Hong Kong y China", ha declarado.