Actualizado: miércoles, 19 julio 2017 15:01

ROMA 19 Jul. (EP/DPA) -

El cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, destituido recientemente por el Papa Francisco como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha señalado que "no todo lo que hace el Papa es perfecto".

"Todo católico, sobre todo cada obispo y cada cardenal tiene una relación positiva y constructiva con el papa. Pero eso dista mucho de ser una adulación cortesana y una afectada subordinación, algo a lo que el Papa Francisco siempre se ha manifestado contrario", ha especificado el ex obispo de Ratisbona, de 69 años, en una entrevista con la agencia DPA en Roma.

Para Müller, hay personas que tienen una "devoción papal hipócrita", como "si la consigna fuera: 'El Santo Padre tiene una idea y nosotros lo seguimos incondicionalmente y llenos de admiración'". "El Papa también es solo un ser humano. Eso quiere decir que no todo lo que hace y dice es de por sí perfecto e insuperable'", ha especificado.

Francisco relevó a Müller como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuya función es velar por la correcta doctrina católica en la Iglesia, a principios de julio y colocó al frente al español Luis Francisco Ladaria Ferrer.

El cardenal se ha mostrado sorprendido por la decisión. "Cualquiera se puede imaginar lo que ello significa. Fui llamado a Roma por el Papa Benedicto únicamente para este cargo. Normalmente se parte de la base de que es hasta los 75 años. Pero ahora se ha decidido otra cosa. A mí no se me acaba el mundo, puedo seguir haciendo muchas cosas por la iglesia", ha manifestado.

Por otro lado, ha expresado su deseo de que los fieles ofrezcan un menor culto a la figura del Papa. "No debería surgir un culto a la personalidad ni un turismo papal por el hecho de que el pontífice sea una persona muy cercana --opina--. En los tiempos de los medios de comunicación masivos es peligroso que la gente solamente aclame al papa o que viaje a Roma por sensacionalismo, para poder decir después 'he visto al papa en primera fila y estaba muy cerca de él'".

Müller se encuentra en medio de una polémica por sus años como obispo en Ratisbona, en el sur de Alemania, cuando se le encargó esclarecer las acusaciones de abusos físicos y sexuales contra los niños del famoso coro de la catedral.

Su tarea, según el informe final que investigó los hechos y que se hizo público el martes, presenta varias debilidades, entre ellas que el religioso no hubiese buscado el diálogo con las víctimas. La entrevista se llevó a cabo antes de que el informe fuese presentado.

Según el documento, al menos 547 niños del coro católico fueron víctimas de abusos, 67 de ellos de carácter sexual, entre 1945 y principios de los años 90. "Los afectados describieron sus años escolares (en el internado) como una prisión, como un infierno y como un campo de concentración", ha especificado el abogado Ulrich Weber, encargado de arrojar luz sobre lo ocurrido.

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