Portada del libro 'Corrosión'
PALABRA
Publicado: viernes, 2 marzo 2018 12:12


MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

El prefecto del dicasterio de Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, que vela por los más desfavorecidos, el cardenal Peter Turkson, revela en el libro 'Corrosión' (Palabra) que los obispos de todo el mundo denuncian mucho el problema de la corrupción durante las visitas 'ad limina', es decir, las que realizan los obispos de todo un país al Papa cada cierto tiempo.

"Las visitas ad limina de los obispos de todo un país del mundo, dan la imagen viva de la presencia arraigada de la Iglesia en el mundo. Durante estas visitas, la plaga de la corrupción aflora siempre como un problema de los más urgentes y los obispos la denuncian mucho", precisa Turkson en este libro formato entrevista en el que responde a las cuestiones planteadas por el oficial del dicasterio de Desarrollo Humano Integral Vittorio Alberti.

A lo largo de cerca de 200 páginas, el cardenal, junto a Alberti, analiza los diferentes contextos en los que nace y se insinúa la corrupción, desde la espiritualidad del hombre hasta sus construcciones sociales, culturales, políticas y criminales.

Precisamente, en el vídeo del Papa Francisco para el mes de febrero, el Pontífice advirtió de que la corrupción está "en la raíz de la esclavitud, del desempleo, del abandono de los bienes comunes y la naturaleza", avisa de que "el afán de poder y de tener no conoce límites" e invita a "denunciarla".

En este sentido, Turkson señala en el libro 'Corrosión' que frente a la corrupción, el cometido de la Iglesia es identificarla y luchar contra ella. "La Iglesia debe promover la justicia. La corrupción se opone, por su identidad, a la justicia, luego nuestro cometido es reconocerla y combatirla", asegura.

Turkson comienza con una definición de corrupción --"rezuma mal olor de injusticia, opresión, esclavitud, mediocridad, torpeza, hipocresía, indiferencia, idolatría"-- y precisa, en línea con el mensaje del Papa en el vídeo, que cuando una persona adquiere "poder", ya sea "político, económico, eclesiástico o cultural", aparece la tentación de corromperse.

Además, precisa que la corrupción deriva de "un corazón corrupto" por lo que señala que lo primero para combatirla es "entender qué ocurre en el hombre".

También ofrece la vía de salida para el corrupto de la política, de los negocios o de la Iglesia: "Pedir perdón". Si bien, reconoce que no es fácil que un corrupto "sienta su pecado". Asimismo, propone "atención espiritual, educación y cultura contra la corrupción".

LA GLOBALIZACIÓN DE LA INDIFERENCIA

En el apartado sobre la corrupción en la sociedad, Turkson advierte de que "la globalización de la indiferencia es corrupción en sí misma" porque "nace de la incapacidad de mirar más allá". Además, pone de manifiesto que la crisis de los últimos años ha mostrado "la agudización del egoísmo".

En este sentido, subraya que una cultura contra la corrupción "no puede pasar por menos que por la constatación y por el sufrimiento de las desigualdades del mundo".

En concreto, en el ámbito político, advierte de que la corrupción política "es un auténtico fraude contra la democracia" y recuerda la Doctrina Social de la Iglesia, la cual precisa que esta práctica "compromete el correcto funcionamiento del Estado" e "introduce una creciente desconfianza hacia las instituciones". Las administraciones, según añade, deben estar "al servicio del ciudadano" y no al revés.

También cita a Francisco y a Benedicto XVI para referirse a la corrupción dentro de la Iglesia y para subrayar que sus apelaciones invitan a todos a ocuparse de este problema. "El cardenal Ratzinger habló de la suciedad en la Iglesia y hoy Francisco habla de corrupción en el Vaticano", recuerda.

"Esta suciedad de la que habló (el entonces cardenal Ratzinger) reúne muchas cosas horribles. El abuso de niños es porquería horrenda. Aquí la corrupción puede entrar cuando se ha simulado algo, cuando sobre un episodio ha caído una pátina abominable de complicidad y silencio", explica Turkson.

También se refiere al caso del conocido como banco vaticano, el IOR donde, según precisa, también pudo haber "instancias de corrupción" si hay personas "que por sus cargos piden exenciones valiéndose del estatuto de la Ciudad del Vaticano".

EL PAPA FRANCISCO: "UNA FORMA DE BLASFEMIA"

En el prefacio, el Papa Francisco invita a creyentes de todas las religiones y no creyentes a unirse para luchar contra la corrupción, a la que define como "una forma de blasfemia, un cáncer que mina la vida".

"La corrupción es la peor plaga social", asegura, al tiempo que advierte de que está en el origen de la explotación del hombre, del tráfico de personas, de armas y de drogas, de la injusticia social, de la falta de servicios a las personas, de la esclavitud, del paro, del descuido de las ciudades y de la naturaleza.

Además, avisa de que todas las personas están expuestas a la tentación de corromperse, también en la Iglesia, donde la corrupción puede ser "la mundanidad espiritual, la tibieza, la hipocresía, el triunfalismo o el sentimiento de indiferencia".

El libro 'Corrosión' emerge en un momento clave en la lucha del Vaticano contra las prácticas corruptas y recoge la visión de la Iglesia Católica ante un problema de magnitud internacional que está afectando tanto a los países occidentales como al hemisferio sur.

La obra tiene como objetivo que aflore una comprensión holística de la corrupción, planteando el tema no solo como un delito de sobornos, sino desde su esencia antropológica y como un dilema mundial en la sociedad del siglo XXI.