MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Centro Ibérico de Restauración Fluvial ha pedido desocupar todo lo posible las zonas inundables y "soluciones inteligentes basadas en la naturaleza" para hacer frente al "cambio de paradigma" de los procesos climáticos extremos, como la DANA que devastó principalmente Valencia.
A través de un comunicado en el que han manifestado su "máxima solidaridad, afecto y cariño" para con todos los afectados, la organización ha incidido en que la catástrofe se ha debido "principalmente, a priorizar la economía frente a la seguridad y a la salud de las personas y a la creencia de que las capacidades tecnológicas de las personas están por encima del devenir de la naturaleza".
Asimismo, ha considerado que se ha debido "a la incompetencia, falta de coordinación y eficacia de las administraciones, todo ello agravado por el cambio climático". Por ello, ha pedido fomentar la descanalización y los encauzamientos allá donde sea posible, para dar más espacio a los cauces y reducir así su energía, velocidad y capacidad destructiva, y para poder reconectar los cauces con sus llanuras de inundación.
A su vez, ha instado a desurbanizar o retirar las construcciones e infraestructuras vulnerables con riesgo para las personas y, asimismo, adaptar los edificios en zonas inundables que tengan que seguir ahí, suprimiendo o inhabilitando plantas sótano y bajas. Desde su punto de vista, es necesario "redimensionar" puentes y otras infraestructuras, y seguir eliminando azudes, barreras, vados y obstáculos "innecesarios u obsoletos de todo tipo" que impidan la adecuada función de laminación e infiltración de los cauces.
Además, la organización considera que hay que aplicar sistemas de drenaje urbano sostenible para tener "ciudades esponja", y mejorar las condiciones en casos de fuertes precipitaciones no asociadas a desbordamientos, ya que reducen la escorrentía pluvial, que es el agua de lluvia no absorbida por la superficie urbana. Por último, ha incidido en la importancia de no generalizar el hormigón como "única solución" y de los planes de defensa basados en encauzamientos de los ríos del pasado.
LA DANA EN VALENCIA TIENE QUE SER "UN PUNTO DE INFLEXIÓN"
En líneas generales, el Centro ha indicado que la magnitud de la catástrofe de Valencia debe significar "un punto de inflexión" que obligue a cambiar comportamientos, normativas, protocolos y leyes; a revisar las prioridades de salud ambiental, sociales y económicas; y a modificar la forma de entender y gestionar el territorio y la prevención de los riesgos. A su parecer, priorizar un modelo económico que integre estos elementos y prioridades garantizará también que la economía y empleos del futuro no dependan de asumir riesgos elevados e innecesarios.
De esta manera, ha incidido en la urgencia de aumentar los sistemas de alerta temprana de crecidas, sobre todo en cuencas de régimen torrencial con muy escasas estaciones de aforo hasta ahora. En este sentido, ha pedido asociar las alertas meteorológicas a las hidrológicas y generar un mecanismo más rápido para emitir alertas sociales que sean taxativas y contundentes.
Además, ha recordado que los municipios catalogados como Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI) deben elaborar su Plan de Actuación Municipal correspondiente. Asimismo, ha incidido en que la geografía, geología, ecología, ciencias ambientales, sociales, ingenierías y arquitectura deberían intervenir "muchísimo más" en la toma de decisiones. Por último, ha pedido que se avance en la divulgación y concienciación de la población, así como en la elaboración de protocolos y simulacros.