MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Víctimas, ciclistas, automovilistas y moteros han lamentado que el año 2023 haya finalizado con 1.145 fallecidos en las carreteras españolas, lo que supone la misma cifra de muertos en siniestros de tráfico que en 2022.
En palabras de la presidenta de STOP Accidentes, Ana Novella, los datos no son "buenos ni positivos" pese a que la siniestralidad ha vuelto "un poco" a la normalidad pre-pandemia de descenso en número de víctimas por accidentes de tráfico.
Según ha apuntado en declaraciones a Europa Press, las salidas de vía siguien siendo las que más siniestros producen siendo la moto el vehículo que más accidentes ha registrado debido a que "se están usando muchísimo más" y a la "peatonalización de muchas ciudades".
Por ello, la presidenta de STOP accidentes ha recordado que el hecho de que se conduzca un coche no significa que se sepa conducir una moto. Asimismo, ha defendido la obligatoriedad de realizar un curso para aquellas personas que tengan el permiso de conducir B con tres años de antigüedad y quieran conducir una de moto 125 centímetros cúbicos.
En otro punto, ha advertido de que el exceso de confianza en la conducción puede traer consecuencias. "La franja de edad es de 45 y 54 años", ha recordado. "No te puedes relajar jamás en seguridad vial. En cuanto te relajas, aumenta la siniestralidad y aumenta la posibilidad de que tengas tú mismo ese siniestro vial", ha alertado.
Por su parte, la gerente de la Coordinadora en Defensa de la Bici ConBici, Laura Vergara, ha lamentado los datos conocidos de siniestralidad calificándolos como una "auténtica tragedia". "Los datos siguen siendo muy malos", ha sentenciado en declaraciones a Europa Press reclamando además la entrada en vigor del Real Decreto de Protección a Vulnerables.
La gerente de ConBici ha recordado que la mitad de la población no tiene carnet de conducir y tiene "derecho a circular con seguridad" y a disfrutar de las ciudades y los entornos, por lo que pide inversión en infraestructura que impulse la transformación de las ciudades y que se reforme el Reglamento General de Circulación "de forma inminente". En su opinión, las medidas que se están tomando "no son suficientes y así lo muestran los datos".
La Fundación RACE (Real Automóvil Club de España) ha calificado de "inasumible" la cifra de fallecidos en las carreteras españolas durante 2023 y ha reiterado la necesidad de adoptar una estrategia consensuada entre las organizaciones, asociaciones y administraciones que conforman el ecosistema de la movilidad y la seguridad vial para reducirlas.
Ante estos datos, la Fundación RACE considera que "la falta de mantenimiento y la escasa inversión de infraestructuras no ayuda a la reducción de estas cifras". Además, ha advertido de que el incremento de impuestos por el uso de las autopistas de peaje (que ha comenzado a aplicarse el 1 de enero) supone una nueva carga para el bolsillo de los conductores y, además, comporta un incremento del riesgo vial "al obligar a muchos usuarios a buscar vías alternativas más peligrosas como las que conforman la red secundaria".
Para la Fundación RACE es "especialmente alarmante" la cifra de motoristas fallecidos, que se ha incrementado hasta alcanzar los 299, siendo el colectivo cuya siniestralidad es cada vez mayor desde hace más de una década.
Asimismo, ha lamentado que siga siendo elevada la cifra de ocupantes que viajaban en turismo y furgoneta y no llevaban el cinturón de seguridad en el momento del accidente (138 en 2023 frente a 142 del año anterior), que 9 ciclistas y 8 motoristas no llevaban casco en el momento del siniestro, y el incremento de la mortalidad infantil, que registró 22 fallecidos, la segunda mayor cifra desde 2014.
Por todo ello, ha reclamado activar acciones efectivas de formación, información y concienciación para los automovilistas, motoristas y usuarios de la vía sobre las consecuencias de la no utilización de los elementos de seguridad, y del incumplimiento de las normas de movilidad y seguridad vial.
Incrementar la inversión en vías convencionales, potenciar el uso de las autovías y autopistas, apostar por la formación y concienciación de los automovilistas, e incentivar la modernización del parque automovilístico, cuya media de edad ha aumentado hasta los 14 años, siguen siendo los cuatro pilares fundamentales para la Fundación RACE para reducir la siniestralidad vial en las carreteras.
Para el consejero asesor de la consultora PONS Mobility, Ramón Ledesma, los datos muestran una "preocupante tendencia" respecto a los motociclistas, que siguen incrementando su porción de siniestralidad en el total de datos.
Así, en el año 2000 representaban un 6% de los fallecidos, mientras que en el año 2023 ya representan el 25%. "Las previsiones apuntan a que, sin medidas para revertir la tendencia, en 2030 un 30% de los fallecidos en carretera serán motoristas", prevé el experto.
"UN ERROR DAR CARTA BLANCA PARA LLEVAR MOTOS DE 125 CC"
La Plataforma Motera para la Seguridad Vial y la Unión Internacional para la defensa de los motociclistas (IMU) ha lamentado que en 2023 hayan fallecido un total de 299 motoristas en las carreteras españolas, lo que supone un 19% más que en 2022, cuando murieron 254.
"Qué gran error fue el dar carta blanca a aquellos que poseían una antigüedad de tres años en el permiso B para poder llevar motocicletas de 125 centímetros cúbicos", ha comentado a Europa Press la portavoz y vicepresidenta de la Plataforma Motera para la Seguridad Vial, María José Alonso.
Por ello, ve con buenos ojos que la Dirección General de Tráfico, ante el aumento en la siniestralidad de motoristas, vaya a establecer un curso obligatorio para los conductores con permiso B con tres años de antigüedad que quieran conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos.
Por su parte, el responsable del área de Seguridad Vial de la Unión Internacional para la defensa de los motociclistas (IMU), Juan Carlos Toribio, ha señalado que las cifras de motoristas fallecidos "bajo ningún concepto pueden considerar un éxito en materia de seguridad vial, sino más bien un fracaso".
"Los datos ofrecidos y también sesgados muestran cómo se acentúa de forma grave el fracaso de la DGT en la protección de la seguridad vial de este sector. La DGT sigue mirando para otro universo cuyos objetivos son el control de la velocidad, el alcohol, las distracciones y las drogas, un universo muy lejos de la realidad de riesgo que sufren los ciudadanos motociclistas y que, desde hace años, venimos denunciando ante la DGT", ha sentenciado Toribio.