Miles de personas viven con emoción y desilusión el antes y el después de la primera fumata negra

Fieles esperando la fumata negra en la Plaza de San Pedro
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 12 marzo 2013 22:32

ROMA 12 Mar. (De la enviada especial de Europa Press, Laura Ramírez) -

Miles de personas se han congregado este martes a partir de las 17,00 horas en la Plaza de San Pedro para ver la primera fumata del Cónclave en el que se elegirá al sucesor de Benedicto XVI y han vivido con emoción y desilusión, respectivamente, el antes y después de la fumata negra que nada más verse por la pantalla gigante instalada en la Plaza ha provocado un 'ooooooh' entre todos los presentes.

Así lo han vivido los 47 jóvenes andaluces de 1º de Bachillerato que han organizado su viaje de fin de curso en esta fecha para ser testigos de este acontecimiento histórico. Daniel, Francisco, Cristóbal y Alberto aseguran a Europa Press que ha sido "muy emocionante" el momento previo a que saliera la fumata negra, aunque alguno de ellos se muestra un poco decepcionado. Otros, sin embargo, dicen que ya se lo esperaban.

Todos ellos volverán mañana a la Plaza para ver si hay más suerte y sale la fumata blanca porque tienen ilusión de ver al nuevo Papa. De él esperan que sea "un nuevo Juan Pablo II", como señala Daniel, aunque de momento no pierden las esperanzas y se van de vuelta al hotel gritando "¡El Papa español!".

También jóvenes son María, Luis, Sergi y Fran, dos de ellos de Erasmus en Roma y los otros dos de visita. De hecho, María comenta que ya tenía planificado el viaje para ver a Luis antes de que se anunciara la fecha del Cónclave, por lo que ha sido total "casualidad". Fran se mostraba un poco desilusionado por que no haya salido fumata blanca ya que no sabe si podrá estar mañana en la Plaza de San Pedro, pero los demás afirman que estarán puntuales para verla.

Estos universitarios españoles, que aseguran que cuando se reúnan con sus amigos "fardarán" de haber estado presentes cuando el nuevo Papa se asome al balcón, apuestan por un Pontífice joven para que no sea, como dice Luis, un Papa de transición. Además, quieren que siga las cosas buenas iniciadas por su predecesor así como la doctrina de Juan Pablo II.

Otro grupo de amigos es el encabezado por Joaquina, que lleva una bandera de España a la espalda. Estos españoles, que viven en Roma por motivos de trabajo, discutían sobre si la fumata sería blanca o negra mientras abrían los paraguas frente a la fina lluvia que empezaba a caer cuando la exclamación de desilusión de la gente les ha hecho volver la mirada hacia la pantalla y hacia la chimenea donde el humo apenas se distinguía bien al ser negro sobre el fondo oscuro del cielo.

LA FUMATA EN FAMILIA

Bajo la lluvia intermitente que caía pocos minutos antes de la fumata negra, se encontraba asimismo el joven alemán de 14 años, Simon, que ha venido a Roma con su padre, que es periodista, para vivir el Cónclave en primera persona y después, de vuelta a Alemania, contárselo a sus amigos, aunque reconoce que en su país la mayoría de los católicos son muy mayores.

Simon considera que el nuevo Papa debe ser "un Papa joven", aunque también guarda un emocionante recuerdo de Benedicto XVI del momento en que le estrechó la mano en una audiencia en el Vaticano.

Por su parte, Marco, romano, de unos 40 años, cuenta que este no es el primer Cónclave que vive ni la primera vez que acude a la Plaza de San Pedro para ver de qué color sale el humo de la fumata. De hecho, es la cuarta vez que lo vive --ya estuvo cuando eligieron a Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI-- pues, según explica, es ya "una tradición familiar" acudir juntos a ver la fumata y no solo por ser católico, como añade, sino simplemente por ser romano.

Todos los peregrinos partían hacia sus casas nada más conocer el resultado de la primera votación de los 115 cardenales electores del Colegio Cardenalicio reunidos en la Capilla Sixtina, concretando ya las horas para no perderse las fumatas del día siguiente. Y todos ellos se iban con la ilusión de encontrarse un día más en la Plaza de San Pedro del Vaticano y poder compartir la emoción de este momento histórico.