ROMA 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
El nuevo Papa saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios, aunque las votaciones se prolonguen durante cuatro series de escrutinios, según el Motu Proprio emitido por Benedicto XVI el 11 de junio de 2007, y confirmado en su último documento papal del pasado 25 de febrero de 2013, por el que establece que el nuevo Papa deberá ser elegido siempre por "al menos" dos tercios de los votos contados sobre la base de los electores presentes y "votantes".
De esta forma, las normas para el Cónclave de 2013 serán diferentes a las del último proceso de elección en el que fue elegido Benedicto XVI cuando las reglas recogidas en la Constitución Apostólica 'Universi Dominicis Gregis', promulgada por Juan Pablo II, establecían que en caso de que no hubiera nuevo Papa tras cuatro series de escrutinios, se podría proceder a votar por mayoría absoluta. En cualquier caso, Benedicto XVI fue elegido en el segundo día de Cónclave por lo que no se llegó a ese extremo.
El Cónclave de 2013 comenzará el próximo martes 12 de marzo por la mañana con la Misa solemne 'Pro Eligiendo Papa' que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Por la tarde, los purpurados se trasladarán en solemne procesión, invocando con el canto del Veni Creator la venida del Espíritu Santo, hasta la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico, lugar del desarrollo de la elección. Dentro de la sede, se comprobará que no sean instalados dolosamente medios de grabación o transmisión.
La Capilla Sixtina cerró sus puertas al público a las 13,00 horas del pasado martes para iniciar los preparativos del Cónclave. Desde entonces, según explicó el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, los operarios se encargan de colocar las dos estufas, una para quemar las papeletas de los escrutinios y otra para hacer el humo negro o blanco, y de elevar el piso para hacer un único nivel que llega al primer escalón del altar y donde se colocarán las mesas y sillas.
JURAMENTO EN LA CAPILLA SIXTINA
Una vez que los purpurados lleguen a la Capilla Sixtina, el cardenal decano, Angelo Sodano, leerá la fórmula de juramento, y a continuación, cada cardenal elector pronunciará su nombre y, poniendo la mano sobre los Evangelios, dirá: "Prometo, me obligo y juro".
Según la fórmula del juramento, recogida en la 'Universi Dominicis Gregis', los cardenales prometen "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno se compromete, en caso de ser elegido, a desempeñar fielmente el 'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.
A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias pronunciará el "extra omnes" (todos fuera) y los no electores deberán abandonar la Capilla Sixtina. Tras la meditación, el eclesiástico encargado de pronunciarla saldrá de la Capilla junto al Maestro de Celebraciones Litúrgicas.
Los cardenales deberán emitir su voto secreto frente al fresco pintado por Miguel Ángel en la pared del altar de la Capilla Sixtina, el 'Juicio Universal'. Según ha indicado a Europa Press el obispo auxiliar de Madrid, monseñor César Franco, el fresco podría servirles de referencia cuando voten, ya que lo harán ante la mirada de quien un día también les juzgará a ellos.
INCOMUNICADOS CON EL EXTERIOR
Durante el periodo de escrutinios, los purpurados deberán abstenerse de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano. Además, según las normas, "quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían en la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica". Asimismo, las reglas marcan que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo.
La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio y se necesitarán dos tercios de los votos para la elección del nuevo Pontífice. Si eso no ocurre en la tarde del primer día, es decir, en la primera votación, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde.
FUMATA POR LA MAÑANA Y POR LA TARDE
Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones matutinas, habrá una fumata negra y lo mismo ocurrirá por la tarde. Así, hasta tres días consecutivos. Si en el tercero tampoco sale elegido el nuevo Sumo Pontífice, el proceso de elección se suspende por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.
Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios.
Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca y, poco después el cardenal protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará --si no es él el elegido-- el 'Habemus Papam'.