MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los Obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española (CEE) han lamentado los "hechos violentos" en el salto a la valla de Melilla, donde murieron, al menos, 18 personas, y han pedido contextualizar lo sucedido con una "mirada humanitaria".
"Esperamos que las autoridades competentes contribuyan al esclarecimiento de los hechos y a tomar las medidas oportunas para que no vuelvan a suceder", han expresado los Obispos de la subcomisión en un comunicado en el que también han mostrado su solidaridad con los familiares de los afectados y con la preocupación de los habitantes de la ciudades fronterizas.
Asimismo, han abogado por humanizar esta nueva crisis migratoria. "Al tiempo que entendemos la necesaria regulación de flujos migratorios, debemos considerar la situación crítica y de miseria, en la que se encuentran miles de migrantes subsaharianos hacinados al otro lado de la frontera de España", han urgido.
"No son 'invasores', solo son seres humanos que buscan llegar a Europa huyendo de guerras activas (57 en el mundo, 30 en África) y hambrunas, agravadas por las consecuencias de la guerra en Ucrania, y la sequía y las plagas provocadas por el cambio climático", han recordado al respecto.
En este sentido, han reclamado también "evitar un uso partidista y demagógico del complejo desafío de las migraciones", y analizar este drama humanitario "desde las claves de la Doctrina Social de la Iglesia", con la implementación de nuevas políticas migratorias que "tengan en cuenta la gravedad de la presión migratoria".
Así, han advertido de que España carece de espacios o recursos donde emitir visados en muchos países africanos de donde proceden miles de migrantes susceptibles de solicitar protección internacional.
De este modo, han avisado de que España necesita "una migración ordenada a través de vías legales y seguras", así como "fomentar la colaboración al desarrollo con los países que sufren guerras, conflictos y hambrunas".
"La externalización y militarización de las fronteras por sí solo, no terminará con los problemas y las causas que provocan la movilidad de millones de personas migradas, refugiadas o desplazadas en el mundo", han añadido, para insistir en "dar pasos de humanización, analizar y afrontar esta crisis desde la necesidad de protección de todo ser humano".