MADRID, 4 Jun. (EDIZIONES) -
Una de las preguntas básicas que todo aquel que va a comprarse un coche tiene que responder es si lo prefiere con motor de gasolina o de diesel. Su opción tendrá consecuencias en la contaminación de su ciudad. ¿Qué tipo de motor contamina más? Contestamos a esta pregunta con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente.
Los vehículos diésel contaminan hasta cuatro veces más que los de gasolina similares. Dicho de otra forma: "Cuatro coches de gasolina emiten tantas partículas en suspensión como uno diesel". Así lo afirma el estudio 'Calidad del aire urbano, salud y tráfico rodado', elaborado por el Institut de Ciènces de la Terra Jaume Almera, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), por encargo de la Fundación Gas Natural.
DIÓXIDO DE NITRÓGENO Y PARTÍCULAS EN SUSPENSIÓN
Según el citado estudio causan cuatro veces más contaminación atmosférica al emitir niveles muy superiores de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión, dos de los principales contaminantes del aire. Y eso a pesar de que consumen menos combustible. Con todo, su polución también es más pesada y cae antes al suelo.
El estudio recuerda que los motores diésel construidos antes y después de principios de los años 90 presentan importantes diferencias en cuanto a niveles de emisión de contaminantes.
También se destaca que la aplicación de la más novedosa tecnología a los motores ha permitido reducir significativamente la emisión de contaminantes, aunque por las ciudades aún circulan un gran número de automóviles antiguos, un parque que representa alrededor del 10% del total y que genera el 40% de las emisiones contaminantes derivadas del tráfico rodado.
Aunque en los últimos años los coches han evolucionado para adaptarse a los nuevos requerimientos de emisiones promovidas por leyes del Estado y de la UE, en las ciudades la mitad de las emisiones de gases de óxido de nitrógeno aún se producen por la combustión de los motores de automóviles.
OTROS ELEMENTOS CONTAMINANTES DE LOS COCHES
Hay que tener en cuenta que la contaminación generada por los coches no solo proviene de los motores: existen otros muchos elementos contaminantes, tales como el desgaste de frenos, embragues y neumáticos. Estos tres causan entre un 15 y un 25% de las partículas en suspensión atribuibles al tráfico.
El estudio señala que los motores están llegando a "límites difíciles de mejorar", por lo que apunta a propuestas no tecnológicas para luchar contra la contaminación: ampliar las zonas peatonales, implantar peajes de acceso a las ciudades, limitar la velocidad, mojar la calzada durante períodos de sequía y renovar y mantener mejor el asfalto, para eliminar partículas acumuladas sobre la carretera.
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