BARCELONA 4 May. (EUROPA PRESS) -
La Cooperativa Cal Àfrica, constituida el pasado 8 de abril por africanos, contratará a inmigrantes del continente para dignificar su estado y, en algunos casos, regular su situación mediante contratos de trabajo, según ha explicado a Europa Press uno de sus ideólogos, Keraba Drame.
"La intención es que la cooperativa pueda dar contratos de trabajo a inmigrantes que necesiten regularizar su situación", ha señalado la artista Núria Güell, quién ayudó a estructurar el marco legal de la asociación con la ayuda de la Cooperativa Integral Catalana (CIC).
Hasta el momento, la Cooperativa ofrece servicios de restauración, catering, reciclaje y arreglos textiles --que irán en aumento-- que, al ser contratados, permitirán emplear a africanos que lo deseen.
Una de las fundadoras de la cooperativa, Martha Trujillo, ha explicado que de momento cuentan con unas 300 personas que quieren trabajar para la cooperativa, y ha añadido que se dará prioridad a las personas que fueron desalojadas de las naves de Poblenou hará casi un año.
En referencia a los desalojos, Drame ha señalado que la alternativa propuesta por el ayuntamiento, el plan de asentamientos irregulares, no es una solución real, y Trujillo ha apostillado que los servicios sociales que mediaron en el conflicto entre los desalojados y la institución son "servicios asociales".
Ha añadido que con la cooperativa también se quiere suplir su función porque saben mejor que nadie qué necesita una persona extranjera en una situación difícil.
La Cooperativa de momento cuenta con 265 socios, aunque según ha señalado Trujillo, sus afiliados reales son muchos más, ya que las personas que firmaron para constituirla debían tener permiso de residencia en España, y ha insistido en que Cal Àfrica se ha constituido "para beneficiar a los que precisamente no pueden dar su nombre por no tener los papeles en regla".
MANIFESTACIONES EN PLAZA CATALUNYA
Drame ha explicado que la idea se empezó a gestar en 2002, cuando el ayuntamiento dispersó a los africanos que acampaban en las plazas de Barcelona y empezaron a crear comunidades en distintos puntos de la ciudad.
Doce años después, la materialización de la cooperativa se ha precipitado a raíz de los desalojos de las naves de Poblenou --cuya comunidad contaba con unos 300 africanos--, en la que los ocupantes perdieron, además de un techo, mucha ropa y material que habían recolectado durante dos años.
La socia fundadora Jenni Fernández ha señalado que quieren "que se devuelva todo el material de las naves que el Ayuntamiento retiró" porque les pertenece, y que con él tendrían material para empezar a trabajar y también para enviar a África.
En este sentido, Güell ha destacado la importancia que tiene el reciclaje como motor económico de la cooperativa, ya que se rompe la lógica consumista, a lo que Drame ha añadido que los europeos "son irresponsables" porque en vez de intentar recuperar los residuos, los vierten en zonas pobres y miran para otro lado.
Drame ha destacado que Catalunya es la comunidad autónoma con un índice más alto de metal reciclado --dato recogido en los informes de la Unión de Empresas Siderúrgicas--, cosa que atribuye al trabajo de los africanos que recogen la chatarra y la venden a intermediarios por un precio muy bajo, ya que "saben que es la única alternativa que tienen", tendencia que quieren revertir porque afirma que se debe que valorar su labor.
La cooperativa se presentó por primera vez en la inauguración de la exposición 'La realidad invocable', que se podrá visitar en la capital catalana hasta el 31 de agosto.
El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) encargó una obra a Güell, quién propuso al museo que contratara a la cooperativa para el catering de la inauguración, para las visitas guiadas y para el guardarropía de la exposición, con lo que el centro se ha convertido en el primer cliente de la organización.