Los bomberos de Huelva desplazados a Marruecos realizan las primeras evaluaciones sobre el terreno. - BOMBEROS UNIDOS SIN FRONTERAS
"Endurecer la norma antisísmica, solo necesita más dinero"
MADRID, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
El decano del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), Sigfrido Herráez, ha recordado que un terremoto de magnitud 6,9 como el ocurrido en Marruecos el pasado viernes, podría ocurrir en España al sur de Despeñaperros y advierte de que en una situación así, muchas viviendas anteriores a 1970 en numerosos municipios podrían caer o resultar seriamente afectadas.
"Un movimiento de estas características --como el acaecido en Marruecos--, significa que todo lo construido antes de 1970 se puede caer. Eso supone que, pueblo por pueblo, se podrían caer muchas edificaciones en España", ha advertido Herráez en declaraciones a Europa Press en las que reconoce que aunque la normativa sismorresistente en España es exigente en las nuevas edificaciones es "muy caro" en el caso de rehabilitaciones y reformas de edificios antiguos.
En ese sentido, ha precisado que la rehabilitación se hace con normas, pero "dentro de lo que es posible" y en algunos edificios no se puede intervenir con medidas que distorsionen ese patrimonio, por lo que insiste en que "hay muchas dificultades para actuar sobre lo antiguo".
El decano explica que el riesgo sísmico en el sur de la Península deriva del riesgo de choque de la placa africana y la euroasiática, que podría dar lugar a distancias de seguridad desde Marrakech (Marruecos) --donde está su límite sur-- hasta Despeñaperros. Es decir que desde la zona de Despeñaperros hacia el sur puede haber movimientos de hasta 6,9 de magnitud.
"Eso conlleva ser precavidos y técnicamente podemos serlo", defiende Herráez que destaca que hay ciudades y regiones donde los movimientos sísmicos se perciben con mucha frecuencia.
Así, señala que tanto en Marruecos como en Europa hay una normativa sismorresistente, de modo que "lo que se ha caído" en Marrakech es la zona construida antes de la propia norma. "Eso mismo ocurrió en Lorca", recuerda el decano sobre el temblor de 2011 en Murcia, donde las viviendas y edificaciones más afectadas fueron las más antiguas.
Pero a las propias condiciones de la emergencia hay que añadir las condiciones de seguridad, la gestión y capacidad de los equipos de bomberos que, para el decano, se está demostrando que no estaba al nivel que debiera estar. "Eso perjudica mucho los resultados de la gestión de la emergencia, ya que las deficiencias sumadas a la tardanza en actuar están obligando a llevar equipos extranjeros, lo que agrava el nivel de muertos", comenta.
De cara al futuro, insta a fomentar que en Marruecos, igual que en otras zonas de riesgo sísmico no solo la normativa se haga más exigente sino que su cumplimiento sea exhaustivo. "Que tengan normas que se cumplan en las zonas de nueva construcción", insiste, aunque reconoce que poco se podía intervenir en un poblado bereber construido en barro.
Respecto a España, considera que el cumplimiento de la normativa y es cada vez más exhaustivo y añade que la norma sismorresistente vigente, de 2002 está en proceso de revisión por parte del Gobierno en un proceso en el que también participa el Consejo Superior del Colegio de Arquitectos.
A su juicio, endurecer las normas antisismo "solo significa dinero" ya que no se trata de un problema técnico que no se pueda acometer, sino simplemente de dimensionar las estructuras.
"La seguridad es un precio que hay que pagar. La sociedad española actual tiene que pagar ese precio antes que otros condicionantes como los climáticos", valora.
En todo caso, manifiesta en que en los 20 años desde que la actual norma entró en vigor todos los nuevos edificios se han construido "con seguridad sísmica" de acuerdo a su riesgo, que no es igual en la meseta norte que en Andalucía o Murcia.
Por último, ha afirmado que la ONG Arquitectos Sin Fronteras, que forma parte del COAM se prepara para viajar más adelante, durante la fase de reconstrucción, a los poblados más afectados de este terremoto que deja ya más de 2.500 víctimas mortales.