MADRID, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -
El decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, el español Ángel Rodríguez Luño, consultor para la Congregación de la Doctrina de la Fe y miembro ordinario de la Academia Pontificia para la Vida, ha indicado que "la conciencia del penitente" es "la mejor aliada del sacerdote" y ha asegurado que, al menos en Italia, si un sacerdote se pone a confesar, "no se aburre".
"Mi experiencia en Italia es que si los sacerdotes están disponibles para confesar y lo hacen con un mínimo de sentido común, de caridad cristiana y misericordia, las personas vienen. El sacerdote, si se pone a confesar, no se aburre", ha asegurado en una entrevista con Europa Press, con motivo de su intervención este miércoles 20 de septiembre en la clausura del Curso de Actualización Pastoral 2017 de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
Sobre el tema de su ponencia, 'La conciencia del penitente', ha precisado que es como cuando una persona va al médico: "si va es porque se siente enferma, si se acerca al sacramento de la penitencia tiene conciencia de que necesita ser sanada". En ese sentido, ha apuntado que la conciencia del penitente es "la mejor aliada del sacerdote que está administrando el sacramento".
Rodríguez Luño, que vive en Italia desde hace 17 años asegura que durante todo este tiempo ha confesado en el mismo horario, en la misma iglesia y en el mismo confesionario y "no hay domingo que no pasen por allí entre 30 y 40 personas", a las que se suman aquellas que acuden a confesarse con el resto de sacerdotes de este templo.
También celebra que hayan surgido aplicaciones en España como Confesor GO que permite a los católicos encontrar a un confesor disponible en un parque, en un colegio o en una iglesia a través del móvil y en tiempo real.
Precisamente, sobre la relación entre la ética y la tecnología, ha defendido el avance de la segunda siempre que "se use bien". Así, ha puesto el ejemplo de un coche que pueda circular a 250 kilómetros por hora. "¿Es bueno que se vendan estos coches? Depende de si somos capaces de enseñar a los hombres a guiar esos coches sin matarse", explica.
Rodríguez Luño, que fue nombrado este año miembro de la Pontificia Academia para la Vida señala que, desde su elección, aún no se han reunido. Si bien, en su opinión, entre los temas que él pondría sobre la mesa se encuentra la "estatalización" de asuntos relacionados con la vida que, a su parecer, "deberían resolverse con una alianza terapéutica entre médico y paciente".
En concreto, ha puesto el ejemplo del bebé británico Charlie Gard, que falleció el pasado 28 de julio después de que sus padres protagonizaran una intensa batalla judicial para que el hospital en el que estaba ingresado, les permitiera trasladarlo para someterse a un tratamiento experimental.
"Mi opinión personal es que en muchos temas, aunque entiendo que tiene que haber una regulación legal, pienso que hay demasiada intromisión por parte del Estado; hay muchas cosas que deberían resolverse con una relación de alianza terapéutica entre el médico, el paciente y la familia", ha explicado.